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Estados Unidos, 2012
Título original: Brave
Dirección: Brenda Chapman, Mark Andrews
Guión: Brenda Chapman, Irene Mecchi
Reparto: Kelly Macdonald, Emma Thompson, Kevin McKidd, Billy Connolly, Robbie Coltrane.
Género: Animación
Duración: 100 minutos

Nota Cinecritic
Muy Buena

Después de que durante años Disney se caracterizara en llevar a la pantalla todas las princesas de los cuentos de los Grimm -siendo la adorable Rapunzel la última en sumarse al carro-, ahora le ha tocado el turno a la incomparable Pixar y lo hace, como siempre lo ha hecho: a su manera.
Alejándose de la convencionalidad y los estereotipos, Pixar nos agarra gentilmente de la mano y nos lleva a las verdes, profundas, inhóspitas y mágicas tierras escocesas para presentarnos a una joven heroína de flamante cabello rojo, con un corazón fuerte como el acero y un espíritu indomable como el fuego. Se llama Mérida y también es una princesa. Pero ella es diferente. Es rebelde, indómita.
Desde niña, Mérida lucha contra la encorsetación y sumisión de alguien de su rango, consiguiendo a cambio la reprobación de su madre, la reina Elinor, que busca enderezar la vida de su rebelde hija según las normas. Madre e hija son tan diferentes como el fuego y el hielo y cuando sus caracteres chocan, la tierra tiembla. Estas dos mujeres y la magia son los tres pilares fundamentales de esta historia, que cuenta algo tan humano como la lucha de una hija por lidiar con las consecuencias de sus acciones y restaurar la relación con su madre. Un viaje que las llevará a sus límites, pero también a la tolerancia y comprensión mutua.
Impulsiva e indomable, Mérida es hija de Fergus y Elinor, una hábil arquera que lo último que desea es renunciar a trazar su propio destino en la vida. Siguiendo su corazón, esta joven se niega a que los herederos de los distintos clanes se batan por su mano como si ella fuera una simple damisela sin voto ni opinión (como mandan las antiguas y sagradas tradiciones). No, Mérida es demasiado orgullosa para eso. Así que decide rebelarse y tomar una iniciativa que acarreará el caos en el reino y la consabida ira de su madre. Mérida recurre entonces a una anciana hechicera para que le de un hechizo que haga que su destino cambie, y vaya si lo consigue. Tras ser convertida en oso, Elinor y Merida inician una carrera a contrareloj para restaurar la humanidad de la reina, pues a medida que pasa el tiempo la transformación física se transmite poco a poco a su interior, convirtiéndola en un monstruo. Aparte de luchar contra su propia maldición, Elinor y Merida descubrirán, en su búsqueda, el origen de otra maldición mucho más antigua y poderosa, relacionada con un oso enorme y cruel considerado por todos un demonio: Mordu. Brave es una película preciosa en muchos sentidos. Madura, profunda, divertida y humana. Sin embargo, también es cierto que tratándose de Pixar una se esperaba mucho más. Siendo justos, el problema no es Brave, sino Pixar, por la sencilla razón de que nos ha malcriado con una sucesión de joyas, cada cual más brillante y preciosa que la anterior. Y es que en una montaña de diamantes puros y perfectos, una circonita se menosprecia, que es lo que desgraciadamente ocurre en este caso. Al contrario que Dreamworks, que apuesta por el humor fácil, Pixar juega con nuestras emociones, inventa historias empapadas de madurez y las cuenta de tal forma que calan en nuestros corazones, creando auténticos deleites para la vista y el oído.
Es en este punto donde flaquea Brave. El viaje emocional de Mérida y su madre no es lo suficientemente poderoso para que nos impliquemos en cuerpo y alma en su historia. No obstante, posee muchos puntos a su favor que conviene señalizar. Tiene una ambientación y animación absolutamente impecables, unos paisajes de una belleza salvaje e inquietante, una preciosa y envolvente banda sonora celta, personajes interesantes -a excepción de ciertos secundarios- y un guión sólido. Pero le falta ese toque maestro que caracteriza a películas como Buscando a Nemo, Wall-e, Toy Story o Up.
No, Brave no es una excelente película. Pero si es una muy buena película, que cumple con creces con lo que toda película, de animación o no, debería cumplir: entretener. Además de entregarnos a una verdadera heroína, luchadora e independiente que no necesita que el príncipe azul vaya a rescatarla, Brave es una lección a muchas de su género, un verdadero homenaje al Disney de antaño.
Amor, magia, misterio, pérdida, lucha, coraje, confianza. Todo eso incluye esta nueva y mágica criatura de Pixar que es todo lo que debe ser: valiente.

Anahis Bahillo

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