Dylan Dog (à traduire)

Estados Unidos, 2011
Título Original: Dylan Dog: Dead of Night
Dirección: Kevin Munroe
Reparto: Brandon Routh, Sam Huntington, Anita Briem, Ted Ferguson.
Duración: 107 minutos

Nota Cinecritic
Mala

¿Recuerdan la película Superman Returns de Brian Singer? Si su respuesta es negativa no los culpo. Ningún crítico que se precie de serlo esperaría que alguien recordara una cinta insípida y mediocre, un fracaso cinéfilo y comercial cuya característica más memorable es que hubo que aplicar Photoshop para reducir los atributos masculinos del actor protagonista, al parecer visiblemente llamativos. De ahí que se decidiera volver a llevar a la gran pantalla al hombre de acero, esta vez dirigido por el visionario Zack Snyder (300, Watchmen) cuyo estreno está previsto para el 2013.
Pero estoy divagando. El protagonista de Superman Returns se llamaba Brandon Routh, actor inexpresivo como pocos que a pesar de tener una cara y físico agradables, resultan extrañamente olvidables una vez que termina la película. A falta de trabajo en Hollywood, a Routh no le quedó más remedio que protagonizar Dylan Dog, una película que no tardará en entrar a formar parte de la lista de Las 100 peores películas de la historia del cine", probablemente con mención honorífica.
Y es que Dylan dog es de esas pocas películas tan chapuceramente malas que contraen una deuda con el espectador, una deuda de siete euros que uno desea cobrar en sangre. Pase que esté (indirectamente) basada en una serie de cómics italianos de los años 80. Pase que esté rodada con bajo presupuesto y, obviamente, el resultado final no sea excelente. Pero por lo que yo no (ni nadie) paso es que use estos datos como excusa para traer a los cines una de las mayores bazofias que uno pueda encontrar en las salas. Tampoco paso que se atrevan a hacer referencias a los Hermanos Marx. Y menos aún beber largos tragos de True Blood y quedar impunes.
Las mismas criaturas (vampiros y licántropos), la misma Louisiana y los mismos clanes enfrentados. Pero lo mejor es una banda de chupasangres que se hacen llamar con todo el morro True Blood y para más inri venden su sangre como droga para los humanos. Con esto queda todo dicho. El caso es que al contrario que la sexy y sensata Sookie, esta película nos presenta al protagonista -Dylan Dog- como un Sherlock Holmes post moderno (insípido a más no poder, eso sí) que siente afinidad por estas criaturas de cuento a las que en el pasado intentó ayudar siendo un pseudo mediador/protector.
Ahora Dylan Dog es un detective vestido de negro retro que investiga las muertes causadas por los monstruitos de turno y trata de resolver los casos sin despeinarse ni un pelo, lo cual consigue la mayoría de las veces. Todo esto acompañado de la guapa rubita, cuyo rico padre ha sido asesinado y el amigo recién convertido en zombi, el cual se siente confuso e incomprendido en su nueva situación de no-muerto.
No hay nada a lo que uno se pueda aferrar para tratar de dialogar con nuestro sentido común cuando éste nos llame idiotas (entre otras cosas) por habernos gastado el dinero en Dylan dog. Mala dirección, mal guión, malos efectos especiales, malas interpretaciones... Y la inexpresividad de Brandon Routh pone la guinda que le falta al pastel. Para atracar la sala de proyección y no dejar títere con cabeza.

Anais Bahillo

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