Septembre - Octobre 2021
Pablo Larraín y Gael García Bernal presentan en Madrid "No" (à traduire)
En su gira promocional por Europa, el director chileno Pablo Larraín y el actor mejicano Gael García Bernal (Amores perros, 2000) han recalado en Madrid para presentar su última película, No, que describe la historia del plebiscito que apartó del poder al dictador Augusto Pinochet en 1988. Los cineastas comentaron al iniciar el encuentro con la prensa que se sentían muy a gusto en un país donde, no solo, compartíamos todos un idioma común sino que también se les podía comprender mejor por cercanía cultural y por haber vivido una "transición" política con matices parecidos en Chile y en España. En ningún caso, ni Pinochet ni Franco han sido juzgados por un tribunal. Dos dictadores que han muerto plácidamente. Pablo Larraín, a este respecto, dijo que "Pinochet fue derrotado por el pueblo de Chile con las calles en su contra, ayudado por una oposición política inteligente. La Campaña fue el último empujón. Gracias a esa campaña publicitaria en la que el "no" ganó, se pudo echar a Pinochet aunque, eso sí, hubo que "negociar" con él. Nunca fue juzgado. Además, ahora, tenemos una Constitución poco democrática que favorece más bien a la derecha. Este fue el precio". Sobre el carácter testimonial de su film, el director opinó que "la memoria permite comprender y expresarte. Para mí, Pinochet es un bastardo pero la Historia le hará justicia. Por lo menos, en Chile no hay "iluminados" que torturen y manipulen como un dictador." No ha sido acogida en Chile, al parecer, de diversa índole. Según su autor, el film "no es condescendiente ni con un sector ni con otro. El tema de la película es el uso de la publicidad en la política y lo que sucede en las bambalinas de ésta última. Si hay una trilogía de mis tres últimos films (Fuga, 2006; Tony Manero, 2008 y Post Mortem, 2010), ha sido espontáneamente. Nunca lo he pretendido. ¡Habría sido pretencioso!". Gael García Bernal comentó en este sentido que "el film abre nuevas perspectivas muy interesantes porque habla de reconciliación en la sociedad chilena. De la reconciliación personal de cada uno con su propia historia". Su personaje aborda el tema de los exiliados en su propia tierra ya que después de un exilio, Saavedra vuelve a Chile y se plantea, con un cierto distanciamiento, si es su país o no. García Bernal encarna a "un personaje cínico, poco político y no tan comprometido". El publicista, que interpreta el actor mejicano, trabaja en la campaña del "no", a pesar de que en un principio se trata de un plebiscito arreglado de antemano. El movimiento del "no" tenía muy pocas posibilidades de vencer. "Fue duro pero el "no" triunfó sin violencia", apunta García Bernal, "Saavedra se lo planteó como una campaña pacífica que tenía que cambiar la emoción del país. Crear esperanza, optimismo, alegría frente a la campaña del "sí" que era la del odio, la violencia. El ingenio llegaba hasta inventar frases como "No +" de profundo calado positivo". Esa dimensión o enfoque tan interesante del personaje de Gael García Bernal plantea el poder de la democracia frente al poder de la publicidad. "Se intentó vencer el miedo y se consiguió" concluyó el actor. Pablo Larraín piensa que su película interesa porque "es una historia real de hace 25 años. Es la historia de un país que cambió el destino de una sociedad. El film establece preguntas sociales muy importantes, mezclando publicidad y comunicación política pero no tiene nada que ver con un gobierno u otro. Quiero dejar claro que ante todo, lo he hecho con honestidad". Sobre la importancia del aspecto documental del film, Larraín afirmó que el haber filmado con cámaras de 1983 con tubo ikegami (la primera forma que hubo de hacer Video) fue fundamental ya que "le dio una textura especial y le quitó uniformización. Así no se distingue la ficción y el archivo, lo que era esencial en el film". Otra de las dificultades de la cinta fue rodar estéticamente con material documental. El trabajo de montaje ha sido también clave así como la actuación de los actores que tenían que dar mucha veracidad interpretando a un nivel documental. "Siempre pensé en Gael para ese personaje porque es un gran actor. Es un intérprete misterioso que sabe guiar el relato como nadie" apuntó el director. Larraín señaló, también, tanto a Antonio Skármeta, autor de la obra de teatro Plebiscito, en la que se inspira No, como a Pedro Peirano, guionista del film, como claves para transmitir alma y autenticidad al relato. No tiene, además, la particularidad de que pese a que la acción discurre en 1988, lo que cuenta es perfectamente actual. "Es una reflexión sobre la democracia y sobre la reconciliación que se puede aplicar a cualquier país: Camboya, Alemania…" apuntó García Bernal, para puntualizar después: "Pero es también una reflexión en torno a la falta de democracia, a una democracia sucia que hace falta limpiar y donde hay que volver a una sensación de democracia legítima. Ojala hubiera una campaña, por ejemplo, de "No a la corrupción, ¿verdad?". Antes de finalizar el encuentro, Larraín y Gael García Bernal quisieron dejar claro que hay que luchar contra la omnipresencia del cine estadounidense y fomentar la diversidad en la cultura y en el cine. "Hay que decir "No" a las historias arquetípicas y generar cultura, país y dimensión humana" afirmaron. Carmen Pineda |
Pablo Larraín y Gael García Bernal
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