El cine expresionista alemán a través de Murnau y su Nosferatu
La figura de Friedrich Wilhelm Murnau es importante por diferentes causas. El autor de Nosferatu era ya un director importante en su Alemania natal, pudiendo considerársele como el realizador más distinguido y de mayor talento de todos los importados por Hollywood durante la década de los veinte. Además, la primera película dirigida por él en Estados Unidos, Amanecer (1927), sigue siendo considerada entre las diez mejores del mundo. Murnau se había ganado ya el derecho a ser un director exigente y perfeccionista al haber firmado algunas de las películas más famosas e importantes del cine mudo alemán. Junto con Fritz Lang y G. W. Pabst, formaba la vanguardia del cine creativo alemán de comienzos de la década de los veinte. Murnau nació en Bielefeld (Alemania) en 1888 y su verdadero nombre fue Friedrich Wilhelm Plumpe. Estudió Filosofía en Berlín, Historia del Arte, Literatura, en la Universidad de Heidelberg y Música. Desde muy joven se interesó por el teatro, que comenzó a practicar con solo 12 años. El famoso director Max Reinhadt le vio actuar en una representación de aficionados, ofreciéndole una beca de seis años para estudiar arte dramático en su escuela, pasando a formar parte de su compañía. A pesar de la oposición familiar, Murnau aceptó y trabajó como actor, aparte de ayudar a Reinhardt en sus tareas de dirección y observar como trabajaba. Esa relación duró hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando interrumpe sus actividades artísticas para combatir en infantería y aviación, sirviendo a su país como piloto de combate. Al terminar la guerra, entró en la industria del cine en 1919, fundando la productora Murnau Veidt Filmgesellschaft para debutar como director con Der Knabe in Blau, al que solo siguen otros veinte largometrajes realizados en veinte años, pero que son suficientes para convertirle en uno de los grandes del periodo mudo. Después de Satanás, Sechnsucht y El castillo de Vogelöd, su primera obra famosa es Nosferatu, el vampiro, excelente adaptación de la novela clásica "Drácula" (1897) del irlandés Bram Stoker, pero que en su momento fue un fracaso. Su obra prosigue en ascenso a lo largo de La tierra en llamas, El nuevo Fantomas y Las finanzas del gran duque, hasta llegar a su obra maestra El último. Esta película constituye una revolución por la amplitud de sus movimientos de cámara y por ser una de las pocas películas mudas narradas solo con imágenes, sin necesidad de intertítulos. Tras este gran éxito realiza, con el mismo equipo, las caras e importantes producciones Tartufo, sobre la obra teatral de Molière, y Fausto sobre las narraciones de Goethe y Marlowe. Ambas se estrenaron en 1926. Su fama hace que sea contratado por el productor William Fox para trabajar en Hollywood. La meca del cine recibe a Murnau con todos los honores. Pudo llevarse consigo a su guionista favorito, Carl Mayer, para que trabajase con él en la adaptación de The Journey to Tilsit, la conocida novela de Hermann Sudermann. El resultado es su primera obra maestra, Amanecer, donde consigue una brillante adaptación de la narración aunque tiene una irregular acogida. Su siguiente película, Los cuatro diablos, se resiente de ello. Las divergencias surgidas con William Fox durante el rodaje de El pan nuestro de cada día, su primera película sonora, le llevan a asociarse con el documentalista Robert J. Flaherty para huir de la dictadura de Hollywood y hacer así, en completa libertad, Tabú, una película rodada en su totalidad en escenarios naturales de los Mares de Sur a medio camino entre el documental y la ficción, financiada con recursos privados y sin fines comerciales. Por discrepancias diversas con Flaherty, acaba produciéndola y dirigiéndola solo, sobre un guión de ambos. El resultado fue el canto del cisne perfecto de este director ya que murió poco antes de su estreno, el 11 de marzo de 1931, a los cuarenta y tres años de edad, resultado de un fatal accidente de coche. El expresionismo alemán: marco estilístico de la película Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la producción cinematográfica alemana comienza su crecimiento. Las potencias enemigas, que proveían de películas a Alemania antes del conflicto, ven cerradas las fronteras germanas, de manera que el país se ve obligado a tener una producción propia. A esto se une la necesidad de contrarrestar la propaganda aliada, por lo que el gobierno, ayudado por la banca y las grandes industrias alemanas del momento forma la productora UFA (Universum Film Aktiengesellschaft) en 1917. En ella se concentraban los mejores productores, directores, guionistas, actores y técnicos del momento. Así, la industria cinematográfica alemana se convirtió en la segunda más poderosa del mundo, compitiendo por el primer puesto con Estados Unidos. Los géneros cinematográficos alemanes se afianzaron en cuatro temáticas: cine espectacular, cine expresionista, kammerspielfilm y nueva objetividad. Será dentro del marco del cine expresionista donde se desarrolle Nosferatu. El gabinete del doctor Caligari (1919) de Robert Wiene, está considerada la primera (y única por algunos) película expresionista, aunando en ella las características principales de dicho movimiento: Énfasis en la composición del encuadre (muy pictórica), homogeneización visual del conjunto, grandes contrastes lumínicos, uso profuso de maquillaje en el rostro de los actores, cuyos movimientos son muy limitados, centralidad de la puesta en escena (elemental y teatralizadora), decorados centrales y pictóricos, introducción del elemento fantástico (alejamiento de la realidad), etc... Es, en general, un modelo de cine alternativo cuyas producciones tenían una dimensión poética mucho más importante que la narrativa, distanciándose totalmente de las técnicas realistas y naturalistas. No es casual que la estética expresionista solicitase con evidente preferencia sus temas de los arcanos de la fantasía y el terror. Asesinos, vampiros, monstruos, locos, visionarios, tiranos y espectros poblaron la pantalla alemana en una procesión de pesadilla que se ha interpretado como un involuntario reflejo moral del angustioso desequilibrio social y político que agitó la República de Weimar y acabó arrojando el país a los brazos del nacionalsocialismo. Murnau pondrá en circulación el mito del vampiro con Nosferatu. Esta película se aleja del modelo propuesto por Caligari, debido al cuidado que pone en el uso de la gama de los grises y del gusto explícito por el paisaje como manifestación de una naturaleza viva y poblada de oscuras fuerzas. A ello se une la resolución de los problemas expresivos, que se enmarca dentro del ámbito cinematográfico y no en el del teatro o la plástica de los decorados. El expresionismo evolucionó, como no podría ser menos, sustituyendo las telas pintadas de El gabinete del Doctor Caligari por los decorados corpóreos e introduciendo un empleo más complejo y audaz de la luz como medio expresivo: El vampiro es la sombra, por tanto nunca actuará como tal vampiro sino que lo hace en off, a través de su sombra, proyección de su maléfico influjo sobre los demás). La película Toda esta introducción no es más que una puesta en antecedentes para disertar sobre una película que gira en torno al símbolo, de manera genérica. Todos ellos aluden al mismo referente, Nosferatu. Fue ésta fue una película problemática desde el principio. Aunque se cambiaron topónimos y antropónimos (los productores cambiaron el nombre a todos los protagonistas e incluso el título, de "Drácula" a "Nosferatu", además de trasladar la acción de Londres a Bremen), la viuda de Bram Stoker recurrió con éxito ante la justicia, ya que los productores no habían satisfecho ningún derecho de autor a pesar de que la película se basaba de forma evidente en la novela del irlandés. La denuncia por plagio dejó a la compañía en bancarrota, debido a la alta suma compensatoria que se vio obligada a pagar. El juez además dictaminó la destrucción de todas las copias existentes, pero afortunadamente para la humanidad cinefilia, el film ya había empezado a distribuirse en el extranjero y gracias a esto se salvó la película de la aniquilación. Con Nosferatu, el vampiro Murnau demostró que era un maestro en la creación de esa atmósfera onírica y de terror que bañaba tantas y tantas de las mejores películas alemanas mudas. También demostró que poseía un gran sentido de lo visual; y aunque ninguna de las imágenes de la película retrasa o impide el avance lógico de la historia, todas ellas se caracterizan por su enorme belleza y capacidad de sugerencia. Nosferatu comienza con un rótulo donde se nos informa que la historia que se va a contar parte del diario de Johann Cavallius, historiador de Bremen, su ciudad natal y donde se desarrolla la película. La historia se centra en la peste que asoló la pequeña localidad alemana en 1838, cuyo origen se encuentra en la nave que trajo al vampiro desde Transilvania y en la historia paralela del joven matrimonio formado por Jonathon Harker y su esposa Nina. La función de Cavallius no es la de un mero narrador de acontecimientos; Sus investigaciones posteriores a la muerte del vampiro aparecen reflejadas en su diario adelantándonos algunos hechos y explicándonos otros. Aspectos técnicos Enfrentándose a la tendencia expresionista de rodar todas las escenas en estudio y en decorados plásticamente dislocados, Murnau recurrió principalmente a escenarios naturales cuidadosamente elegidos y estudiados. Con calles de Wismar, Rostock y Lübeck, compuso una única ciudad y rodó sus paisajes parte en Silesia y parte en Eslovaquia. Con esta innovadora introducción de elementos reales en una historia fantástica, consiguió potenciar su estremecedora veracidad. Los paisajes se nos ofrecen mediante panorámicas, sobre todo de los bosques y del mar. Murnau diferencia todas las escenas mediante fundidos en negro. No le interesa crear una línea de acción clara y alterna planos para crear una atmósfera de miedo que provoque inseguridad y desconcierto al espectador. Tampoco hay grandes movimientos de cámara en esta película, aunque el montaje está muy cuidado y meditado. Al quebrar los cánones teatralizantes del expresionismo contribuyó su utilización de recursos técnicos de filiación vanguardista, como el acelerado y el ralentí, sobre todo cuando quiere describir estados sobrenaturales, aunque, en general, el ritmo del montaje es lento. Por la misma razón, Murnau emplea película negativa para señalar el paso del mundo real al ultrarreal. Para lograr los efectos especiales, se recurrió al acelerado anteriormente descrito y a la fotografía en negativo, jugando con la profundidad de campo para integrar a los personajes en el paisaje y dar una impresión de "naturalidad" de la que a todas luces carece Caligari. Fundidos y sobreimpresiones marcan las apariciones sobrenaturales del vampiro. El uso de primeros planos no es profuso aunque sí es interesante cuando lo utiliza. De esta manera enfatiza los rostros de los personajes, sus expresiones, adentrándonos en la psicología de éstos, que suele ser compleja y de motivaciones ambiguas. También utiliza el primer plano para dar importancia a aquello que podría pasar desapercibido como el reloj que da las doce en el castillo del vampiro o el dedo de Harker manchado de sangre después de un corte accidental. Las cartas que éste envía a su mujer también aparecen en primer plano y se equiparan con los rótulos. Cabe hacer una mención especial al uso de un contrapicado impresionante en el momento en que el segundo de a bordo del "Deméter" se arroja al agua ante la horrenda visión del vampiro en la bodega. Éste sube a la cubierta y persigue al marinero. Desde la borda mira al océano, por donde ha caído el joven. Murnau nos pone en el lugar de éste, apareciendo la figura del vampiro ante nuestros ojos magnifica y poderosa como el nuevo capitán del buque de la muerte. Este fotograma aparece muchas veces para ilustrar comentarios y artículos sobre la película. En cuanto a la interpretación cabe resaltar los lentos movimientos de los actores, aunque no tan teatralizados como en el Gabinete del Doctor Caligari. Son ritmos pausados que causan agonía. Los rostros de los personajes adquieren una tremenda expresividad que se consigue gracias a la propia interpretación y al profuso maquillaje, que aumenta en los rostros del vampiro y las criaturas afines a él (su cochero, su siervo Renfield...) para distinguirlos del resto de los personajes. Esto se potencia mediante la característica luz del cine expresionista alemán, blanca y luminosa, cuya potencia incide especialmente en los rostros. Simbología La mezcla de realismo y fantasía forman un todo coherente en esta historia romántica que debe menos a la vampirología que a cierta temática muy arraigada en toda la obra de Murnau, como la obsesión por la idea de la muerte, el tema de la felicidad de una pareja perturbada por la presencia del Mal (Nosferatu) y el papel expiatorio de la mujer, que con su voluntad de abnegada entrega derrota al vampiro. La película se compone de diversos símbolos que suponen su eje rector. Comienza con la vista de una torre, de formas puntiagudas. Estas arquitecturas imponentes, de formas triangulares, planos inclinados y aristas cortantes, evocan la figura del vampiro, cuyas orejas, manos y nariz, parecen afiladas maquinalmente; Su sombra alargada y sus cejas se elevan hacia arriba, denotando así una expresión aún más macabra en su rostro. Lo mismo ocurre con las formas puntiagudas de los bosques de abetos que aparecen en los alrededores del castillo de Nosferatu, con las torres del propio castillo y con el mobiliario que aparece en él, a base de sillas de imponente respaldo, alargado y estrecho, igual que la figura del protagonista. Hay otros elementos en la película que evocan al vampiro, como por ejemplo la hiena, animal considerado siempre de forma negativa, que con su aparición produce la huida de los caballos. Esto queda ratificado en el libro sobre vampiros que lee Harker, donde se afirma que los animales poseen un instinto especial del que los humanos carecemos para intuir el peligro. Otros elementos que nos recuerdan a éste son la noche y la sombra, que es la forma en que se manifiesta como tal. Sus actuaciones vampíricas, su lado oscuro aparece reflejado en forma de sombra o se elude su representación, dejándonos la evidencia de su actuación por un principio y un final muy explícitos. Así también las fiebres que invaden al matrimonio, sus delirios sonámbulos, son efectos que el poderoso chupa sangre ha provocado en ellos. Otro de los símbolos que aparece en la película es el puente que cruza Harker y que marca el límite entre la tierra de los hombres y la de los fantasmas. A partir de ahí cambia su vida. Este puente sirve de enlace entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre el mundo terrenal y el mundo de las tinieblas. Murnau nos propone quizás así una reflexión de nuestra propia existencia, de la difícil decisión de cruzar nuestro propio puente. La cruz, un símbolo cristiano al que estamos acostumbrados en las películas de vampiros, pues sirve como arma contra ellos, no tiene aquí tal función, ya que Nosferatu muere desintegrado con la luz del sol. A pesar de ello, hay que mencionar su aparición en la escena donde aparecen dos agentes marcando las casas de los fallecidos por la plaga mediante una cruz de tiza en la puerta. Se trata pues de un nuevo símbolo. El nombre de la nave que trae la peste a Bremen, el "Deméter" tampoco está elegido aleatoriamente. Según la mitología griega, Deméter era la hija de Crono y de Rea y madre de Perséfone, que fue raptada por Hades (el infierno). Deméter buscará a su hija durante nueve días y nueve noches, en las que se ilumina con una antorcha (se la relaciona con la noche y con la oscuridad y en sus representaciones artísticas aparece con antorchas encendidas). Esta relación de las sombras, la oscuridad y la noche se pone en relación directa con el vampiro. La película termina con una imagen que de nuevo tiene un significado simbólico; se trata de una vista arquitectónica como la que abría la historia aunque con una salvedad y es que, en vez de ser una estructura imponente como lo era la torre del inicio, lo que aparece es un castillo en ruinas. Ambas imágenes podrían aludir a Nosferatu, con todo su poder, al principio y derrotado al final. Naturaleza La naturaleza cobra un papel principal en la historia de Nosferatu. Aparte de los numerosos paisajes naturales que aparecen durante los viajes de Harker o las vistas del océano que se nos muestran durante la travesía del Deméter o mientras que Nina espera la llegada de su esposo del castillo desde las dunas, también aparecen unos jardines repletos de vegetación que rodean las casas del matrimonio Harker y de sus amigos los Westenra, donde se aloja Nina durante la ausencia de su marido. A veces la naturaleza se muestra indómita en los paisajes de panorámica, con el mar embravecido o los bosques frondosos e imponentes, que nos provocan un sentimiento de temor y de respecto ante tal espectáculo. Esto se podría poner en relación con la pintura romántica alemana del siglo XIX (Friedrich, Wagner, etc.). Aparte de estas vistas naturales, hay un elemento importante en la segunda mitad de la película; me refiero a las clases que imparte el doctor Van Helsing sobre los secretos de la naturaleza y su extraña correspondencia con la vida humana. Este episodio no tiene ninguna importancia argumental ni interviene en el desarrollo de la historia. Realmente su importancia radica en su simbología: las demostraciones del doctor Helsing no nos dan lugar a dudas; tanto la planta carnívora, que atrapa a sus pequeñas presas para devorarlas, como el pólipo con garras, que actúa de igual manera, son los vampiros del mundo vegetal, según las propias palabras del doctor. Inmediatamente después de esta aparece otra escena en la celda de Ranfield donde éste señala una araña que devora a la presa que ha caído en su tela. Todas estas criaturas del mundo animal evocan al protagonista de nuestra historia. El vampiro En otro orden de cosas, la relación telepática que Nosferatu establece con Ranfield, su siervo, es bien distinta a la que establece con sus jóvenes víctimas (me refiero a Jonathon y a Nina). Ranfield puede descubrir donde se encuentra su maestro y seguir sus movimientos a pesar de estar recluido en una celda, ya que es tomado por loco. El efecto sobre el joven matrimonio es diferente: ambos entran en un estado febril donde deliran al visionar lo que ocurre con Nosferatu. El vampiro establece conexión primero con Nina al observar su retrato: con Jonathon lo hace después de morderle. La conexión que establece con Ranfield no aparece expresada en la película, aunque probablemente ya existiera desde antes (es un personaje negativo y de ello se nos avisa desde el principio) y se acentúa a medida que su amo se acerca a la ciudad. Lo interesante aquí es su relación con Nina. Nosferatu es un vampiro profundamente enamorado y esa será la causa de su muerte. Desde el momento que ve el retrato de Nina que lleva su esposo encima, sentirá unos deseos irrefrenables de poseerla. Una vez en Bremen, observará todos los movimientos de ésta a través de la ventana de su casa, frente a la suya. Pero, a diferencia de lo que indica la tradición sobre el hiperconocido "Drácula", Nosferatu refleja su sombra en las paredes y su caracterización como un ser monstruoso y harto desagradable dista mucho de la descripción que figura en la novela de Stoker. El "Drácula" literario no es un vampiro gótico, apuesto y seductor, bien parecido y cuyas artes con las mujeres le son de sobra conocidas. Nunca más lejos de la versión de Murnau. El aspecto horripilante de nuestro protagonista no le permitirá seducir a Nina, aunque ese sea su objetivo. Ella se entregará a él únicamente por salvar a su ciudad de la plaga, ya que la presencia de éste le provoca autentico pavor. Nosferatu, rendido en su cuello, muere con la luz del alba. El hechizo se ha roto gracias a que una mujer pura de corazón ha ofrecido voluntariamente su sangre a Nosferatu y le ha retenido con él hasta el canto del gallo. Su muerte se produce fulminado por la luz solar (nada que ver con la novela de Stoker) y la causa última de ésta, como ya hemos apuntado es el amor, lo que entronca de nuevo con el Romanticismo alemán del que los primitivos cineastas de ese país eran tan deudores. El gesto altruista de Nina ha derrotado al Mal. Nosferatu se convierte así en algo más que una corriente película de terror. Nosferatu el vampiro es un film de extraordinaria belleza y lirismo. La visión de este clásico es una obligación ineludible para cualquier interesado en el vampiro transilvano. Imágenes como la de Nosferatu acumulando ataúdes en el coche fúnebre, la procesión mortuoria en la ciudad, la epidemia de ratas o la muerte del propio vampiro enamorado, llevándose su mano al corazón permanecen en la retina de todos aquellos afortunados que ha podido disfrutar con la contemplación de un clásico que, como la mayoría de los clásicos, posee una vigencia que lo mantienen actual a pesar de las décadas transcurridas desde su estreno comercial. La repercusión de esta producción en otros directores vino primero de la mano de Werner Herzog, que en 1978 abordó un remake en color y sonora con Klaus Kinski como protagonista titulado Nosferatu, Phantom der Nacht. El reparto se completaba con Isabelle Adjani, Bruno Ganz y Jacques Dufilho. La segunda intentona es más reciente: E. Elías Merhige ha querido rendir homenaje al maestro alemán recreando las tribulaciones de este rodaje en La sombra del vampiro, una producción luxemburguesa, que se estrenó hace un año en España. Para dar vida a Murnau, Merhige ha escogido a John Malkovich. Al inefable Max Schrel, una de las caracterizaciones más conseguidas de la historia del cine, lo encarna Williem Dafoe. En el reparto también encontramos al británico Stephen Fry. Ficha Técnica Titulo en castellano y título original: Nosferatu, el vampiro/Eine Synphonie des Grauens. Director: Friedrich Wilheilm Murnau. Año de producción o estreno: 1922. Nacionalidad: alemana. Duración: 75 m. aprox. Muda. Blanco y negro. Guionista: Henrik Galeen. Director de fotografía: F. A. Wagner. Director artístico: Albin Grau. Banda sonora: D. Erdmann. Intérpretes principales: Max Schreck (Nosferatu), Alexander Grananch (agente Renfield), Gustav von Wagenheim (Jonathon Harker), Greta Schröder (Nina) , George H. Schell (Westerra) y Ruth Landshoft (Lucy). Empresa productora: Prana Film. Otra información relevante: Inspirada en la novela Drácula de Bram Stoker y adaptada por el guionista de la película Henrik Galeen. Sinopsis: Jonathon Harker es un joven agente inmobiliario establecido en Bremen con su bella esposa Nina. En un momento dado se verá obligado a partir hacia la lejana Transilvania para gestionar la venta de una casa a Nosferatu (el Conde Drácula). Desde el momento en que se produce el encuentro entre ambos, la historia dará un giro, y el joven y feliz matrimonio se verá envuelto en una carrera contrarreloj donde unos se persiguen a otros. Nosferatu a Nina, cautivado por su belleza y Jonathon a Nosferatu, con el fin de salvar a su esposa, todo ello aderezado por la llegada inminente del vampiro a Bremen y la peste que trae consigo. Pedro García Cueto |
![]() |