Entrevista a Lucía Puenzo
La directora y escritora Lucía Puenzo después de la exitosa XXY nos sorprende con su novela hecha película "El niño Pez". Un trágico relato salpicado de realismo mágico que nos sumerge en la relación de dos jóvenes que se aman, Lala y Guayi. Normalmente cuando alguien adapta una novela de un escritor, estos no suelen estar conformes con la adaptación que se hace de su novela, es más, son pocos los escritores que se sienten satisfechos con el trabajo del director y del guionista. En su caso es distinto ya que adapta una novela suya ¿Está contenta con la adaptación? ¿Qué dificultades ha encontrado? Es una buena pregunta... y voy a responderte dos cosas contradictorias: creo que de no haber sido al mismo tiempo la autora y la guionista, no podría haber transitado todos los cambios que exploré durante la adaptación, probablemente de ser dos personas se hubieran peleado durante meses, al ser una, la discusión fue interna. Al mismo tiempo, al final del camino, estoy muy contenta con la adaptación, y uno de los motivos es que la película encontró una identidad propia, que no es igual a la novela. De ser idénticas, probablemente no hubiera sentido el deseo de dirigirla. Cambios hay por decenas... Empezando por el destierro del narrador, que en la novela es el perro Serafín, cargado de humor, mientras que en la película el punto de vista está puesto en la protagonista, quien despierta en su casa para encontrar a su padre asesinado. ¿Y de qué ha tenido que prescindir, con respecto a la novela, para llevar esta historia al cine? De cantidad de escenas, personajes y vueltas de la historia... En general fue un ejercicio de contracción... en la literatura uno puede escribir sin límites de ningún tipo, en el cine, al menos en el cine que hacemos casi todos en Argentina, todo el tiempo hay que limitarse. Pero hay veces en que los límites que imponen el presupuesto o la cantidad de días de rodaje, pueden ser una ventaja, porque me obligaron a buscar la esencia de la historia, a hacer toda la síntesis posible, y a reescribir hasta estar segura que cada escena que filmara iba a quedar en la película. Es una historia totalmente diferente a su película anterior "XXY", aunque para mí hay un punto en común, nos quiere hacer reflexionar sobre lo que se establece como normal ¿Está de acuerdo? ¿Qué persigue a la hora de escribir una novela o un guión, qué le interesa, qué quiere mostrar? Puede ser, las dos historias cuestionan los parámetros de la normalidad. Al menos, sus personajes protagónicos desafían esos parámetros. A la hora de escribir, lo primero que persigo es mi propio entusiasmo: que los personajes me intriguen, que la historia me divierta o me perturbe lo suficiente para pasarme horas sentada frente al teclado, buscándola. En la literatura, donde escribo sin plan, la sensación es de puro juego, y cuanto menos sé hacia dónde voy, más divertido me resulta ir descubriéndolo. De nuevo repite con la actriz principal Inés Efron ¿Por qué? Gran parte del trabajo entre un director y un actor, o una directora y una actriz, es el ganarse la confianza del otro. Poner el personaje en manos del actor y que el actor se ponga en manos del director. Cuando esa confianza ya está ganada, hay una gran parte del camino recorrido. De todas formas, hice un casting de meses y vi a cientos de actrices antes de volver a llamar a Inés, convencida de que era perfecta para este personaje. Es una historia donde se tocan diversos temas como la diferencia de clases sociales, la historia de amor entre dos mujeres... mezclada con una leyenda de Paraguay ¿Cómo nació esta novela? Antes de ser novela fue un cuento, que es el primer capítulo de la novela. Primero apareció la voz del narrador, la voz del perro Serafín, y dictada por su voz apareció el resto. Es una historia que aunque la escribió hace diez años se puede trasladar a la realidad social actual de Argentina, ¿o no? Sí, totalmente. De hecho en los últimos años no hemos dejado de tener casos de familias de la clase alta sacudidas por un crimen en el que, después de una primera investigación que parece apuntar a alguien de afuera, del contexto social o político, el culpable termina siendo alguien del entorno más íntimo de la víctima. Hay una mezcla de realismo mágico con la vida real, plantea una historia paralela, la inventada, los sueños y la cruda realidad muchas veces fea ¿Es esto lo que quería reflejar? Lala y Guayi se construyen un mundo privado, un mundo al que Lala sueña con conocer y que la Guayi sabe que no existe. Me interesaba la construcción de una leyenda. Leo mitos y leyendas desde siempre, y no deja de sorprenderme cómo esos relatos le buscan la otra cara luminosa a hechos muchas veces oscuros e irresueltos. Con su anterior película, "XXY", el público se planteó muchos interrogantes que hasta entonces no tenía ¿Con "El niño pez" que respuesta está teniendo el público y qué le gustaría suscitar en ellos? Creo que en el momento en que un director estrena una película o un novelista publica una novela, esa historia ya no le pertenece. Todo el mundo tiene el derecho de ver lo que quiera, y cada interpretación es igual de válida. A mí no deja de sorprenderme todo lo que la gente vio en estas dos películas. Pueden coincidir o no con lo que yo veo en ellas, pero eso ya no importa. En esta película se plantean muchos temas de trasfondo: violación en el seno de la familia, abuso de poder, supremacía de las clases sociales, corrupción policial, trata de menores... ¿Su objetivo también es hacer reflexionar al público sobre estos temas, o solo mostrarlos? ¿Se puede decir que es la realidad social actual? La secuencia de trata de menores, que está en la novela y en la película, está basada en un caso real que ocurrió años atrás, y que sigue pasando en cada provincia de nuestro país. Atravesar esas secuencias es lo que termina de transformar a los personajes de Guayi y Lala, a la primera por su deseo de pagar con esa condena injusta otro crimen, a la segunda porque la enfrenta a todo lo que es capaz de hacer. Un final feliz, una nueva vida, triunfa el amor ¿Por qué? Esos tres enunciados tienen que ver con lo que hablábamos antes... la cantidad de interpretaciones distintas que despertó esta película... Para muchos, el final es todo eso: romántico, esperanzador y luminoso. Para otros es terriblemente triste. Yo prefiero no justificar ni buscar explicaciones, y nunca pensar en qué pasó después del final, porque uno siempre tiene que reservarse el derecho de no contar nada más allá del punto en el que decidió terminar una historia. Proyectos de futuro en los que está trabajando. Estoy terminando de escribir una novela que se llama "La furia de la langosta". Y una nueva versión de un guión que quiero filmar en la Patagonia el próximo año. Estoy disfrutando la calma de la escritura. Entrevista realizada por Fátima Santana Mahmut |
![]() Lucía Puenzo |