Estados Unidos/Alemania/Francia, 2016 Direccón y guión: Jim Jarmusch Elenco: Adam Driver, Golshifthe Farahani, Barry Shabaka Henley, Cliff Smith, Chasten Harmon. Duración: 118 minutos
El motivo del hierosgamos, o casamiento místico de los opuestos, familiar en el simbolismo alquímico, es amenudo retratado como niños gemelos abrazados en las aguas del inconsciente. Paterson (Adam Driver) es conductor de autobús en la pequeña ciudad de Paterson, New Jersey. Durante su rutina diaria, observa la ciudad y escucha fragmentos de conversaciones fortuitas mientras lleva a sus pasajeros a destino. Paterson también escribe poemas en un cuadernillo, pasea a su perro y bebe un porrón de cerveza en su bar predilecto cuando termina su turno. Esperándolo en casa está Laura (Golshifteh Farahani), su amada esposa, quien estimula su don para la escritura. Paterson deambula por la ciudad, como la mayoría de los personajes de Jim Jarmusch. Este tranquilo vagar del personaje principal conlleva a su vez un retrato mundano de la ciudad, de sus calles, de sus fábricas, casas, jardines y parques. Jarmusch toma sus héroes de la vida cotidiana, personas comunes que transitan por las calles y viajan en autobús. Así construye una estructura narrativa en base a la rutina de su personaje, desde la hora de levantarse de la cama, cuando la cámara lo toma junto a su mujer Laura, en un ángulo cenital, pasando por la conversación recurrente del encargado de la terminal sobre asuntos triviales, el recorrido diario al volante de su autobús, el paseo nocturno del perro, la cerveza en el bar… No es una película épica, lo cotidiano y la rutina impregnan estos ocho despertares y siete anocheceres. El tiempo de la narración se desarrolla en bucle, en una espiral sin principio ni fin aunque no perfectamente circular, puesto que los eventos no se repiten exactamente de la misma manera, sino que cada día presenta sutiles variaciones. Dentro de esta narrativa circular existen referencias intertextuales a obras pertenecientes a diferentes géneros artísticos, lo cual reafirma a Jim Jarmusch como un cineasta enmarcado dentro del posmodernismo. En primer lugar, la película rinde tributo al poeta William Carlos Williams, especialmente a su libro titulado "Paterson", poemario que cuenta la vida cotidiana de los habitantes de la homónima ciudad del Estado de New Jersey. La poesía le sirve a Paterson para huir de su vida rutinaria, con lo cual llegamos a la paradoja de encontrarnos con un poeta que lleva el mismo nombre de la ciudad en la que vive y del poemario de su autor favorito. Es como si el personaje de un libro se hubiese escapado del papel impreso para auto-inventarse. Otra referencia a la poesía es el nombre de la esposa de Paterson, Laura, homónima de la musa inspiradora de Petrarca, poeta y humanista del Renacimiento Italiano. La confusión entre ficción y realidad es un concepto que el posmodernismo retoma del Barroco: la vida como un sueño o una puesta en escena. Por eso Omar Calabrese, en su libro "La era neobarroca" (Cátedra, 1989), acuñó el término neo-barroco para referirse al estilo cinematográfico dominante en la era posmoderna. La disputa de pareja en el bar termina con una amenaza de suicidio por parte del enamorado, quien se apunta a la sien con una pistola de utilería para convencer a su amada de volver con él. En medio de este altercado, el barman le dice a Paterson: "estos dos me recuerdan a Romeo y Julieta". ¿Cuánto más clara podría ser la referencia a la vida como una puesta en escena teatral? Y como si fuera poco, a un autor barroco como Shakespeare, en cuyas obras el sueño y el teatro se confunden frecuentemente con la vida de sus personajes. En uno de los recorridos diarios del ómnibus viajan como pasajeros la pareja de exploradores de "Moonrise Kingdom" (2012) de Wes Anderson, allí aparece entonces el cine dentro del cine, allí se borran las fronteras entre realidad y ficción, entre narrador y relato. Algo similar podemos decir de las gemelas sentadas en la primera fila, cita innegable de la fotografía de gemelas idénticas de Diane Arbus quienes, a su vez, fueron aludidas por Stanley Kubrick en su película "The Shinning"(1980). "Island of Lost Souls" (Erle Kenton, 1932) es un clásico del terror en blanco y negro, que también aparece como referencia intertextual en la escena en la que Paterson y Laura deciden ir juntos al cine. A la salida, él hace notar a su esposa el parecido físico entre ella y la actriz principal Kathleen Burke (en el papel de la Mujer Pantera). Como en todas las películas en las que aparecen híbridos entre un ser humano y un animal, existe una fascinación por el aspecto salvaje del hombre (o de la mujer) dentro de su aparente civilización, así como la dualidad del bien y del mal, de lo racional y lo instintivo. El blanco y negro es otro símbolo muy utilizado por Jarmusch en "Paterson". Laura pintando las cortinas, tiñendo su propia ropa y cocinando Cup Cakes con diseños cuadrados, a lunares u organizados en patrones circulares en blanco y negro, nos recuerda mucho al símbolo budista del yin y el yan con su dualismo del bien y el mal, femenino y masculino, luz y sombra, materia y energía, cuerpo y alma, caos y cosmos, salvaje y civilizado. Dos pilares opuestos, simétricos y complementarios que se equilibran para formar toda la estructura del universo. El campeonato de ajedrez, al que se refiere el barman cuando su esposa le recrimina el escaso dinero que lleva a casa al final del día, es otro elemento que conlleva similar significado, ya que el tablero y las piezas del ajedrez repiten el mismo patrón en blanco y negro, trasponiendo al juego la estructura binaria del mundo. Lo mismo podríamos decir de la Guitarra de Arlequín que Laura recibe por correo para aprender música . Sallie Nichols en "Jung y el Tarot" da una lectura posible a la simbología de los gemelos. Concretamente, en la película aparecen cuatro pares de gemelos. El primer par es el soñado por Laura ("soñé que teníamos gemelos", le dice a su esposo), pero luego aparecen gemelas como pasajeras en el ómnibus (y digo aparecen, porque no vemos cuándo suben, de pronto están allí), hay dos gemelos hombres de mediana edad sentados en un banco de plaza y dos mujeres gemelas paradas en una esquina. Con respecto al tema, Sallie Nichols explica lo siguiente: "El motivo de los niños gemelos es familiar en la leyenda y en el mito, y surge con frecuencia en nuestros sueños. Generalmente simboliza un potencial creativo de proporciones inusitadas (…) En los mitos americanos, dos figuras (una de las cuales representa las potencias celestiales, mientras que la otra representa las oscuras fuerzas subterráneas) son, a veces, presentadas como co-creadores del mundo." (Nichols, Sallie. "Jung y el Tarot. Una jornada arquetípica". Cultrix, São Paulo, 1988, pág. 322). Luego aclara que cada uno de nosotros posee un lado mortal y uno inmortal, un cuerpo y un alma que también son percibidos como gemelos. "El motivo del 'hierosgamos', o casamiento místico de los opuestos, familiar en el simbolismo alquímico, es a menudo retratado como niños gemelos abrazados en las aguas del inconsciente" (ídem, pag.323). Es decir que los gemelos en "Paterson" pueden estar allí representando el potencial creativo del poeta, de su esposa y por extensión, del ser humano en general. A pesar de ser una historia sencilla en apariencia, "Paterson" resulta ser una compleja reflexión sobre la naturaleza del espacio-tiempo, y por ello propondremos tres marcos teóricos posibles desde los cuales pudo haber sido concebida su narrativa y sus metáforas.
La Rueda del Tiempo y el Eterno Retorno La concepción mítica de culturas antiguas como los incas y mayas, egipcios y babilonios, contemplaban la "rueda del tiempo" como un ciclo o círculo, produciéndose una repetición incesante de períodos que transcurren entre nacimientos y extinciones. Entre los filósofos griegos presocráticos, Heráclito de Éfeso (siglo VI a.C) consideraba que todo se halla en perpetuo cambio y transformación. "Todo fluye", "nada permanece, excepto el cambio", afirmaba, por lo que para él primaba el devenir por sobre el ser. A Heráclito también se atribuye la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación universal en dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción o condensación, y otra ascendente por dilatación. Los cabalistas y los alquimistas, durante la Edad Media, compartieron esta misma concepción cíclica del tiempo. El modelo de universo esférico también es muy importante dentro de las doctrinas orientales hinduista y budista, a través de su noción de la rueda de la vida o samsara, que representa un ciclo sin fin de nacimiento, vida y muerte. Según estas doctrinas el samsara está relacionado con la reencarnación de las almas, las cuales llegan a este mundo con el fin de aprender o superar algo que quedó sin resolver en la vida anterior. Así cada uno de nosotros quedaría en cierta forma "atrapado" en una serie ilimitada de repeticiones hasta tanto el alma no alcance el Nirvana, es decir, la liberación de los ciclos de renacimiento. El Nirvana, según la filosofía oriental, puede alcanzarse a través de la meditación y la iluminación. La reiteración incesante de ciclos fue posteriormente esgrimida por pensadores como Friedrich Nietzsche a través de su concepto del "eterno retorno de lo mismo", según el cual los mismos acontecimientos vuelven a repetirse en idéntico orden sin variaciones (aunque no es exactamente de esta manera que se van sucediendo los acontecimientos en la película de Jarmusch). Científicos actuales como Henri Poincaré, con su teorema de la recurrencia o Peter Lynds con su cosmología cíclica conforme, contemplan asimismo una visión circular e interminable del tiempo y el universo, que viene a coincidir en lo fundamental con las culturas antiguas. Estos conceptos aparecen en "Paterson" de diversas formas:
- Una narración estructurada en espiral.
- El recorrido diario del ómnibus.
- El significante "cascada" aparece tres veces: la primera vez al comienzo, Paterson observa la caída de agua para inspirarse en la escritura de un poema, promediando el filme, se encuentra con una niña que le lee uno de sus poemas, en el que compara la cascada con el suave ondular del cabello sobre los hombros y, la tercera vez, cuando Paterson se sienta a observar nuevamente la caída de agua mientras un poeta japonés se acerca a conversar y le regala una libreta de apuntes nueva. Esa misma cascada aparece en un cuadro que adorna una de las paredes de su casa. El agua también cumple un ciclo, como casi todo en la naturaleza, ya que el líquido elemento tiene una naciente, un recorrido y una desembocadura, para comenzar su ciclo nuevamente.
- Existen en el filme acontecimientos fortuitos e irreversibles. Por ejemplo: el ómnibus que sufre un desperfecto eléctrico y el bulldog que destroza la libreta de notas. En cada caso, si bien del hecho en sí no se puede volver atrás, luego hay una reparación que restablece el ritmo natural de las cosas. En el primer ejemplo, aparece otro ómnibus para completar el recorrido, en el segundo, el poeta japonés le regala a Paterson una libreta con hojas en blanco donde escribir nuevos poemas. El fluir del tiempo está marcado por un nacimiento, un desarrollo y un final, pero este final no es definitivo, es un final que lleva a una renovación. Lo mismo se aplica a todos los elementos de la naturaleza de la que los seres humanos formamos parte.
- Del samsara o ciclo de reencarnaciones podemos también hallar dos ejemplos en la película. Laura sueña que se encuentra en la Antigua Persia observando a su esposo montado en un elefante plateado. El elefante plateado sustituye metafóricamente al ómnibus. Podríamos interpretar este sueño como la visión de un pasado, cuando la pareja vivía en la Antigua Persia, siendo la situación presente simplemente una más de sus reencarnaciones. Algo similar podríamos decir del nombre Laura para una musa inspiradora. Podría tratarse de simple coincidencia o de otra mención a la reencarnación de un alma que vivió en el pasado. De otras posibilidades hablaremos en los ítems siguientes
El tiempo ilusorio y las "coincidencias significativas" de Carl Jung En el siglo V a.C, Zenón de Elea pensaba que el movimiento, el tiempo y el espacio eran conceptos humanos ilusorios sin existencia real fuera de nuestra propia percepción. Y aunque Aristóteles demostró más tarde la falsedad de sus paradojas (como la famosa de Aquiles y la Tortuga), los matemáticos actuales exaltan la figura de Zenón porque sus planteos derivaron más tarde en el cálculo infinitesimal desarrollado por Leibniz y Newton. El espacio-tiempo como concepto ilusorio tuvo un desarrollo en la historia de la filosofía tan larga como la de La Rueda del Tiempo. Ya en el siglo XX, el psicólogo suizo C. G. Jung identificó la idea de "sincronicidad" en cuanto "relación entre tiempo y espacio psíquicamente condicionada", coincidencias de fenómenos en el tiempo sin una relación causal aparente. En sí mismos, el tiempo y el espacio no constan de nada, son, pues esencialmente, de origen psíquico. Es decir, es como si el tiempo y el espacio guardaran relación con las condiciones psíquicas o como si no tuvieran existencia real fuera de la consciencia. La medición del tiempo y el espacio serían así puras convenciones. En su libro "Jung y el Tarot", Sallie Nichols cita a Jung para explicar el tema de la sincronicidad y las coincidencias significativas: "Sincronicidad fue el término usado por Jung para denotar este tipo de coincidencia entre estados internos y eventos externos (…) Por 'fenómenos sincrónicos' Jung entiende la coincidencia significativa de un evento psíquico con un evento físico, que no pueden ser causalmente relacionados uno al otro …" "Jung definió la 'sincronicidad' como 'coincidencia significativa'" (Nichols, Sallie. "Jung y el Tarot. Una jornada arquetípica". Cultrix, São Paulo, 1988, págs.74-75)
"Muchos acontecimientos sincrónicos envuelven imágenes internas, que se materializan en el mundo externo (…) soñamos el mundo en que vivimos, nuestras personalidades y metas de muchísimas maneras, todo de acuerdo con nuestras imágenes interiores." (Nichols, Sallie. "Jung y el Tarot. Una jornada arquetípica". Cultrix, São Paulo, 1988, págs. 79-80)
En la película de Jarmusch existe una serie de coincidencias que, siguiendo a Jung, no serían tales sino el inconsciente de los personajes construyendo su propia realidad.
- 1- Tal vez la cascada esté realmente ahí, pero es una coincidencia que nuestro conductor de ómnibus se encuentre primero con una niña poeta que escribe sobre una cascada y luego con un poeta japonés, mientras observa el mismo fenómeno natural. ¿Estos dos personajes son "reales" o son una construcción de su mente?
- El nombre Laura coincidentemente es el mismo nombre de la musa inspiradora de Petrarca. Podríamos denominarlo "coincidencia significativa", al igual que el parecido físico de la mujer pantera y la esposa de Paterson.
- Paterson ciudad, Paterson conductor de ómnibus y Paterson poema de William Carlos Williams es otro ejemplo de coincidencia significativa
- La más llamativa de las coincidencias y hasta podríamos decir de sincronicidad, es la de los cuatro pares de gemelos ya mencionados.
Uno puede imaginarse a Paterson viajando por el espacio y el tiempo a bordo de un vehículo cuyos cristales reflejan el exterior y sus pasajeros parecen flotar fuera de sus asientos. No logramos distinguir por momentos el exterior del interior, como si el ómnibus materializara la psiquis de su conductor. De la misma forma, el tiempo se suspende cuando él escribe poesía. Parafraseando a Zenón, el tiempo y el espacio son ilusorios, son construcciones de nuestra mente. Paterson parece que estuviera soñando o imaginando a sus pasajeros y a las personas con las que "coincidentemente" se encuentra en sus horas de descanso.
El multiverso y la co-existencia de líneas temporales Volviendo al significante "gemelos", aparecen, como ya dijimos, cuatro pares de gemelos, uno que todavía no nació pero existe en sueños (en otro plano, podríamos decir), y otros tres de diferentes edades y sexos. El sólo hecho de hablar de gemelos ya nos remite a una coexistencia témporo-espacial de lo mismo pero escindido en dos planos distintos y paralelos, en dos posibilidades iguales pero diferentes a la vez. Existen hipótesis en física, derivadas de la mecánica cuántica, en las que entran en juego la existencia de varios universos o realidades paralelas. Una de las versiones científicas más estudiadas en la actualidad, junto con la Teoría de Cuerdas de Jöel Scherk y John Henry Schwarz, es la llamada "Interpretación de los mundos múltiples" (IMM) de Hugh Everett. La propuesta de Everett consiste en que cada medida dentro de un sistema se desdobla en múltiples posibles resultados. Existirían así múltiples universos y en cada uno de ellos se da una posibilidad diferente como resultado de cada medida. Es decir, en cada universo se repite básicamente lo mismo con una ligera diferencia. Existe también un principio de simultaneidad dimensional que establece que dos o más objetos físicos, realidades, percepciones y objetos no físicos pueden coexistir en el mismo espacio-tiempo. Este principio se corresponde con la IMM de Hugh Everett y con la Teoría del Multiverso de nivel III de Max Tegmark. Laura sueña que vive en la Antigua Persia y Paterson monta un elefante plateado. Como dijimos anteriormente, este sueño puede estar refiriéndose a un caso de reencarnación, tal como lo entienden las filosofías orientales, pero cabe también la posibilidad de que estos dos momentos de la historia puedan existir simultáneamente sin que esto implique una contradicción. Esta compatibilidad de diferentes universos y diferentes líneas temporales sólo podemos percibirla en sueños, ya que escapa a nuestra lógica cotidiana, encerrada en tres dimensiones y en un único universo. Nuestra mente no consigue concebir la coexistencia del pasado, el presente y el futuro en un mismo espacio-tiempo. Concebimos el tiempo como un devenir, pero físicos como Jöel Scherk, John Henry Schwarz, Hugh Everett y Max Tegmark nos dicen que el tiempo como devenir no es lo que sucede en la realidad, sino que resulta de un simple error de percepción. Estamos llegando en el siglo XXI a la misma conclusión que Zenón de Elea hace 2500 años.
Adriana Schmorak
BIBLIOGRAFÍA
Nichols, Sallie. Jung y el Tarot. Una Jornada Arquetípica. Cultrix, São Paulo, 1988 Martínez Ruiz, Sara. 'Paterson', la poesía como vía de escape. Espinof Web Site Filosofía del Espacio y el Tiempo en Wikipedia Universos Paralelos en Wikipedia
|



|