Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, 2017 Dirección y guión: Christopher Nolan Reparto: Kenneth Branagh, Tom Hardy, Aneurin Barnard, Jack Lowden, Harry Styles Duración: 106 minutos
Nota Cinecritic 
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Me atrevo nuevamente con una película de actualidad que como viene siendo habitual genera tantos defensores como detractores, Dunkerque. Dirigida por uno de mis directores favoritos, Christopher Nolan, el film narra uno de los episodios importantes durante la Segunda Guerra Mundial, la retirada de las tropas aliadas de la playa de Dunkerque al verse acorraladas por las fuerzas nazis durante la invasión de Francia. Está basada en la novela de Joshua Levine, de mismo nombre. La película está generando un aluvión de críticas por parte principalmente de los franceses debido a la imagen que de ellos se ofrece. En general Nolan da una versión algo diferente a lo que oficialmente ha quedado para la historia. No seré yo quien vaya a valorar su interpretación de la misma, pero sirva como salvedad lo siguiente. El director británico nunca hace aproximaciones someras, el resultado de su trabajo suele ser consecuencia de un estudio previo, detallado y concienzudo. Además nunca deberíamos olvidar aquello de que la historia la escriben los vencedores. Yo me centraré en las características cinematográficas de la cinta. Comenzaré diciendo que no es una de las mejores películas de Nolan y, para mi desilusión, además se desvía ligeramente de las temáticas tan innovadoras que venían siendo habituales en su filmografía más reciente ("Origen", "Interstellar") volviendo esta vez a senderos más terrenales. A pesar de ello esta obra cumple las expectativas, especialmente para los fans del británico director. Su mayor valor: el aspecto visual sin ningún genero de duda. Para muestra un botón. Es todo un lujo poder contemplar a día de hoy una batalla aérea del año 40 con un realismo casi perfecto y con numerosas tomas en cámara subjetiva. La fotografía, la iluminación y la puesta en escena recrean de maravilla esas famosas persecuciones entre los cazas británicos, Spitfire, y los Stuka alemanes, y el cómo estos últimos hacían sonar su sirena mientras bombardeaban... Todo un regalo para los ojos. Grandísimo trabajo del director de fotografía Hoyte Van Hoytema, quien ya había colaborado con el director en "Interstellar". La belleza visual de la cinta domina desde el primer minuto, desde las imágenes tomadas de la playa de Dunkerque, pasando por las batallas aéreas antes comentadas, o todos y cada uno de los episodios navales que se nos muestran a lo largo de los apenas 100 minutos que dura la película; por cierto otro detalle que yo personalmente agradezco. Siempre he dicho que todo lo que quieras contar lo puedes hacer en 90-100 minutos. El resto es gula. Además la nitidez y calidad del sonido son de tal nivel que consiguen envolverte tanto con las simples pisadas de un solitario soldado al inicio, como con los frecuentes bombardeos a lo largo de todo el metraje. Richard King, fiel escudero de Nolan, es el responsable de ello. Vayamos ahora a la parte negativa. A mí personalmente me ha faltado una mayor calidad interpretativa en alguno de los protagonistas. Suficientes actores de talla hay en el reparto como para haber dejado alguna impronta en este sentido. Tom Hardy en su papel de piloto, Mark Rylance como dueño del barco pesquero, el comandante Bolton interpretado por Kenneth Branagh, o Cillian Murphy ejerciendo de soldado francés trastornado, ninguno consigue impactar lo que cabría esperar de ellos. Desconozco si ha sido una premisa del director, o es que no han sabido dotarles de las escenas idóneas para mostrar su talento interpretativo. Dicho esto, hay dos valores más que considero importantes en la cinta. Uno de ellos el drama humano con que Nolan reviste la trama. Impone ver a una cantidad ingente de soldados aliados, en un espigón, "haciendo cola" a la espera de cualquier embarcación que pueda recogerles. En esta misma línea la participación de barcos pesqueros británicos en el rescate de los soldados toma fuerte relevancia en "Dunkerque", posiblemente mucho más de lo que la historia oficial haya dejado escrita en los libros. El otro aspecto que quería destacar es la estructura narrativa de Nolan. Su facilidad para contar diferentes historias paralelas es asombrosa. Hilos narrativos que aparentemente no tienen relación alguna y que terminan confluyendo en un final que le da todo el sentido. Tarea harto difícil ésta que Nolan vuelve a superar con creces, y con la dificultad añadida de hacerlo sin apenas diálogos, haciendo buena aquella teoría del Maestro Hitchcock quien afirmaba que los diálogos son innecesarios si visualmente eres capaz de transmitir el mensaje. En resumen una muy buena película que se ha ganado el derecho de pagar su entrada por verla en el cine, porque eso sí, recomiendo altamente visualizarla en pantalla grande para poder admirar semejante espectáculo visual y sonoro. Todo esto siempre revestido de la música del genial Hans Zimmer, lo que consigue envolver al espectador durante 100 minutos en un continúo clímax de tensión épico-dramática.
Javier Iribarne
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