Amnesia |
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Francia, Suiza, 2015 Dirección: Barbet Schroeder Guión: Emilie Bickerton, Peter Steinbach, Susan Hoffman, Barbet Schroeder Reparto: Marthe Keller, Max Riemelt, Bruno Ganz, Corinna Kirchhoff, Rick Zingale. Duración: 96 minutos Nota Cinecritic ![]() |
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Martha (Marthe Keller) es una mujer de más de cincuenta años que vive sola en una casa frente al mar, en Ibiza. Su vida cambia cuando Jo (Max Riemelt), un joven músico de 20 años, que sueña con ser contratado como DJ en la boîte berlinesa Amnesia, llama un día a su puerta pidiendo ayuda para curar una herida que no para de sangrar. Este es un indicio preliminar: una herida que necesita ser sanada. El filme comienza y termina con una puesta de sol en Ibiza y una panorámica del paisaje, muy bello por cierto. Hay también planos semi-subjetivos en los que el o los personajes, según el momento, se encuentran de espaldas sentados sobre una roca, observando largamente el escenario. Imagen muy romántica, casi diría tomada directamente de la pintura romántica alemana. Lo cual marca, además, una ubicación témporo-espacial: Ibiza al atardecer. El relato abre y cierra en el mismo lugar y en el mismo momento del día. La diferencia radica en que al comienzo Martha está sola, y al cierre está acompañada por Jo, su mujer y su pequeño hijo. Es un dato importante. Ella ya no está sola con sus traumas. Martha es una alemana que reniega de su origen, no quiere hablar alemán, no quiere andar en un auto Wolkswagen (el auto de Hitler, como ella lo llama) ni tomar vino originario de su país. Habla en inglés con sus propios compatriotas. Cuando era joven era cellista y se enamoró de su profesor, que era judío. Juntos se fugaron a Suiza, pero Alex, su profesor de música, fue arrestado al intentar huir a Francia. Ella está convencida de que los alemanes que se quedaron en su país fueron cómplices directa o indirectamente del genocidio. Aún sin participar directamente de las persecuciones y asesinatos, hicieron la vista gorda o encontraron alguna justificación que los ayudase a negar su responsabilidad moral. Allí aparece el tema de la culpa histórica: el filme presenta personajes que no fueron militares ni pertenecieron a las SS, pero que cargan con el peso de consciencia de no haberse revelado contra la situación, de no haber hecho nada o apenas algún mínimo esfuerzo que no supusiera riesgo de vida para sí mismos. Hay tres generaciones de alemanes representadas en el filme. Jo es la modernidad, Martha y la madre de Jo (Corinna Kirchhoff) representan la generación intermedia, y el abuelo de Jo (Bruno Ganz) representa la generación más seriamente implicada en la Segunda Guerra. A Jo y a Martha los une la música, pero de una forma diferente. A él le gusta la música concreta, obtenida a través del registro y repetición de sonidos medio-ambientales sintetizada gracias a la electrónica, ella, en cambio, prefiere una música más tradicional, la música clásica; él cree que el pasado debe ser superado para seguir adelante, ella insiste en que los traumas como el genocidio del nazismo jamás sean olvidados. Pero también hay diferencias sustanciales entre Martha y la madre de Jo, quien se armó una coraza para no pensar en el pasado y convencerse a sí mima de que ella actuó de la mejor manera posible sin importar el haber permanecido ciega a la realidad durante la mayor parte de su vida. Su posición y la de su padre (encarnado por Bruno Ganz) es de debilidad y cobardía frente a la realidad histórica. Martha va mudando su rabia bajo la influencia de Jo. Comienza otra vez a hablar alemán, vuelve a tocar el cello, vuelve a escuchar música de compositores alemanes. Jo logra una mezcla electrónica entre el cello de Martha y su propia música concreta, lo cual habla de una síntesis superadora entre dos generaciones, entre pasado y presente. Y esta superación del pasado se logra a través de la música. Martha intenta hacer las paces con el pasado para poder vivir en paz. Porque de eso se trata este drama de Barbet Schroeder, de discutir la mejor manera de un pueblo de lidiar con sus herencias traumáticas, en este caso, Alemania. El filme habla de cómo las nuevas generaciones de alemanes intentan superar el pasado nazi de su país. Sin embargo la película adolece de algunos puntos superficiales que podrían fácilmente haber sido evitados: por ejemplo la declaración de amor de Jo a Martha, o la puesta en venta de la casa que Martha alquila, con la consecuente visita de potenciales nuevos habitantes, parecen secuencias un tanto forzadas sólo con el fin de llenar huecos en el guión. Un aspecto incongruente es el título de la película: Amnesia. La amnesia es un trastorno post- traumático que causa en el sujeto el olvido total o parcial de su pasado, conlleva una connotación claramente negativa, por eso en el filme tendría más sentido colocar la "amnesia" del lado de los que quedaron en Alemania y no de los que se mudaron a Ibiza. La amnesia no es lo mismo que la furia, la rabia y la posterior aceptación, resignación y reconciliación con el pasado de cara al futuro. Entonces para mí es un error del director confundir estos conceptos y darle este título al filme y a un espacio -la boîte de Ibiza- que, en definitiva, es un lugar de encuentro intergeneracional a través de la música. Por todo lo dicho, la película se queda más en la intención que en los logros, siendo los encuadres y la fotografía sus puntos fuertes, y el guión su aspecto más flojo. Adriana Schmorak Leijnse |
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