Festival do Rio 2017 Rio de Janeiro Del 5 al 15 de octubre de 2017
Por Adriana Schmorak Leijnse
Del 5 al 15 de octubre de 2017, Rio de Janeiro se convirtió en la sede del cine mundial. La 19ª edición del Festival de Cine trajo a las salas de proyección de la "cidade maravilhosa" 250 títulos de 60 países. Además de las muestras ya tradicionales como "Expectativa", "Première Brasil", "Midnight", "Première Latina", "Panorama do Cinema Mundial", "Mostra Geração", "Docs" y "Fronteiras", el festival presentó programas y muestras especiales tales como "Foco Itália", que proyectó nueve de las principales películas producidas en ese país durante los últimos años. La importancia de apoyar la cultura y el repudio a la censura fueron algunos de los temas clave de la apertura del festival que tuvo lugar durante la noche del jueves 5 de octubre en el Cine Odeón. La crisis económica por la que atraviesa Brasil y, en particular, el Estado de Rio de Janeiro, también fue mencionada durante la noche de apertura. "La Forma del Agua" de Guillermo del Toro, largometraje vencedor del León de Oro en el Festival de Venecia 2017, ha sido el elegido para ser proyectado esa noche.
Presentamos a continuación algunos títulos de la 19ª edición del Festival de Rio:
Maudie. De Aisling Walsh. Con Sally Hawkins, Ethan Hawke, Karl Matchett, Gabrielle Rose, Lawrence Barry. Países y año: Irlanda/Canadá, 2016. Duración: 115 min.
Maud Dowley, una mujer inteligente y de ojos brillantes, tiene las manos curvadas y camina con dificultad, resultado de una artritis reumatoide juvenil. Everett Lewis es un soltero convicto de 40 años. Abandonado por sus padres durante su infancia, por lo que pasó varios años en un orfanato, Everett se gana la vida vendiendo pescado. Él tiene un ingreso, una casa, tiene todo lo que necesita excepto alguien para cocinar y limpiar. Publica un anuncio y Maud se candidatea para el puesto. Después de muchas idas y vueltas, Everett decide contratarla. Al poco tiempo, Maudie se vuelve indispensable en su vida.
El filme es la historia real de la artista folk canadiense, Maud Lewis (firmaba sus obras con su apellido de casada). Nacida el 7 de marzo de 1903 en South Ohio, Nueva Escocia, Maud sufrió discriminación en el seno de su familia de origen pero también sufrió maltratos físicos y psicológicos, además de explotación, por parte de su marido. Su arte de estilo naïve tuvo tanto éxito que llegó a recibir, en los años '50, una carta del entonces vicepresidente Nixon pidiéndole que le enviara dos de sus pinturas. Mientras en vida había pasado necesidad y maltratos, después de su muerte, una de sus obras llegó a venderse en 45 mil dólares. Hoy día, la casa decorada por Maud, en la que vivía junto a su esposo, está siendo exhibida en el Canada Art Gallery of New Scotia en Halifax. Aunque la relación ríspida entre Maud y Everett ha sido un tanto suavizada en función del relato, como punto positivo hay que destacar la buena interpretación de Sally Hawkins en el rol protagónico.
La cámara de Clara (La camera de Claire) de Hong Sang-soo. Con Isabelle Huppert, Kim Min-hee, Chang Mi-hee, Jung Jin-young, Yoo Hee-sun. Francia/Corea del Sur, 2017, 68 minutos.
Durante un viaje de negocios al Festival de Cannes, Manhee (Kim Min-hee) es demitida, mientras que una profesor de música parisina, Claire (Isabelle Huppert) camina por la ciudad tomando fotos con su cámara Polaroid. Las dos se conocen por azar y se vuelven amigas. A través de su hábito de tomar fotos, Claire también adquirió la habilidad de observar las cosas detenidamente, y hasta transformar los objetos y las personas.
El título de esta película del director coreano Hong Sang-soo resulta de la fusión de dos otros títulos: "La rodilla de Clara", largometraje de Eric Rohmer de 1970 y "La Chambre Claire", libro escrito por Roland Barthes en 1979.
En "La rodilla de Clara" ("La Genou de Claire") el protagonista es un escritor de mediana edad que intenta conquistar a una joven de 17 años. La historia transcurre al borde del lago Annecy, al sudeste de Francia. Jerôme, tal el nombre del escritor, usa un sombrero de mimbre durante sus vacaciones. En la película franco-coreana que nos ocupa, el personaje de Isabelle Hupert es también escritora, además de profesora de música y fotógrafa, y su sombrero de mimbre es muy parecido al de Jerôme. Sin embargo no es ella la que viene en son de conquista, sino el director de cine So Wansoo (interpretado por Jin-young Jung) atraído por la joven y bella secretaria Manhee. La ficción y la realidad se confunden, y al mismo tiempo hay alusiones constantes al cine, especialmente al cine francés de la Nouvelle Vague, movimiento del cual Eric Rohmer formaba parte, junto a otros célebres realizadores como François Truffaut, Jean-Luc Godard, Alain Resnais, Claude Chabrol, Agnès Varda, Jacques Rivette y Chris Marker.
La influencia de teóricos del cine y de semiólogos de la imagen se puede observar en el afiche de la película, que copia la gráfica de una tapa de libro sobre cine, y en las reflexiones de Claire sobre la función de la fotografía en la vida cotidiana. Ella opera como una testigo y al mismo tiempo como un personaje activo. Al contrario de lo que escribe André Bazin en "Ontología de la imagen fotográfica" (1945) acerca de que el ojo fusionado con la lente fotográfica debe registrar el mundo de forma objetiva, de la manera menos intervencionista posible, la Claire de Hong Sang-soo interviene constantemente y quiere transformarlo todo. La hipótesis sobre el puro realismo de la imagen fotográfica, su pura objetividad, es objetada en la película. "Míreme a los ojos. ¿Siente cómo algo ha cambiado?", le pregunta Claire a So Wansoo, luego de sacarle una foto, ambos sentados frente a frente en un restaurant. Roland Barthes, semiólogo estructuralista francés, escribe en "La Chambre Claire" que la fotografía, como el teatro, es una puesta en escena: " (…) a partir del momento en que me siento observado por el objetivo, todo cambia: me pongo a "posar", me fabrico instantáneamente otro cuerpo, me metamorfoseo anticipadamente en imagen"(1). Barthes sentía predilección por los retratos en los que el modelo observa fijo a la cámara.
"La cámara de Clara" no es una historia emotiva con cuyos personajes el público va a sentirse identificado, más bien es una historia con diálogos insustanciales que crean una expectativa de profundidad y sentido que rara vez llega a satisfacerse. Además el director coreano echa mano al recurso del falso raccord, para dar una sensación de desconexión entre planos, de discontinuidad temporal y de confusión espacial. Esta confusión recurrente en la ubicación temporo-espacial, lejos de ser un error, es un efecto buscado y un recurso utilizado con frecuencia por los directores de la Nouvelle Vague en los años '60 y '70. Sólo por dar algunos ejemplos en "La Cámara de Clara": en el prólogo no hay una indicación cierta de localización, puede ser que la historia transcurra en Corea, en Francia o en cualquier otro lugar. Hay una escena en una oficina cerrada sin ventanas, y luego una escena en un café seguida de otra con fondo de mar y montaña. Ya bien avanzado el relato, vemos que la historia se sitúa en Cannes durante el renombrado Festival de Cine. Esta ambigüedad espacial no queda allí. En el restaurant coreano donde el director de cine almuerza con su mujer, hasta las botellas de cerveza y de agua llevan las etiquetas en ideogramas coreanos, pero como no hemos visto previamente a los personajes entrando al lugar, la escena completa queda dislocada espacial y temporalmente, podría tratarse de una situación previa ocurrida en Corea, por ejemplo. En este caso, la ubicación se establece cuando Claire sale a la calle y la cámara muestra el cartel del restaurant y las patentes francesas de los autos estacionados, unidos espacialmente gracias a un paneo. La narración es interrumpida por cortes abruptos que la transportan hacia atrás y hacia adelante en el tiempo. Por ejemplo: en una de las últimas escenas, al anochecer, Manhee está vestida con un short y una blusa, tras un abrupto corte, la vemos con el mismo pantalón palazzo beige que usaba en la escena de la mañana, en la playa. Esto confunde al espectador sobre el lugar y el momento que Manhee se ubicada en la narración. Además, el epílogo queda abierto. No sabemos de qué se trató la conversación nocturna entre empleada y jefa. Cabe pensar que la escena final confirma la dimisión de Manhee, pero podría tratarse también de un recuerdo de algo sucedido horas antes. Faltan piezas para completar el rompecabezas. Otro ejemplo de falso raccord está dado por la subversión de las reglas del raccord de mirada. En algunos de los diálogos, la cámara ha sido dislocada del eje central. No hay contacto visual entre los personajes, ni se hace uso del clásico plano-contraplano para enfocar sus rostros. Esta forma atípica de filmar resulta perturbadora porque quiebra la conexión visual entre los personajes, y entre éstos y el público, dando una impresión de fragmentación y de sinsentido que seguramente el director coreano ha tomado, a modo de inspiración, de la Nouvelle Vague francesa.
Existen asimismo citas autorreferenciales no solo vinculadas a la teoría y al mundillo del cine (incluyendo marketing y festivales), sino incluso a la misma película que estamos presenciando. Personajes que llevan un nombre casi idéntico fonéticamente al de su autor, referencias a la pintura mural, a la fotografía, a las vanguardias cinematográficas, a la poesía, a la música (cabe agregar que "Las cuatro estaciones" de Vivaldi como música de fondo desentona completamente con la historia narrada). El pastiche y las citas intertextuales abundan. Esta hipertextualidad es característica del cine posmoderno, un collage que intenta romper con la lógica lineal narrativa y retornar a las vanguardias sesentistas.
Le Rédoutable de Michel Hazanavicius. Con Louis Garrel, Berenice Bejo, Stacy Martin, Grégory Gadebois, Micha Lescot. Francia, 2017. Dur: 107 minutos
"Godard puede totalmente ser visto como un ícono de la cultura pop. Es una figura de los años '60 como Andy Warhol, Elvis Presley, John Lennon…" (Michel Hazanavicius) Paris, 1967. Jean-Luc Godard, el cineasta más prometedor de su generación, está en medio de la filmación de "La Chinoise", película protagonizada por su enamorada, Anne Wiazemsky, 20 años más joven. Se casan felices y apasionados pero la recepción del filme en su estreno desencadena en Godard profundos cuestionamientos. Los eventos de mayo de 1968 ampliarán todavía más el proceso interno del cineasta, transformándolo en un director incomprendido. La película se basa en dos libros de Anne Wiazemsky consagrados a su historia de amor con Jean-Luc Godard: "Une anné studieuse" cuenta los inicios de esta relación hasta la presentación de "La Chinoise" en el Festival de Avignon de 1967. "Un an après" narra las barricadas estudiantiles de mayo '68, la crisis que Godard atraviesa, su radicalización política y la desintegración progresiva de su matrimonio hasta el punto de la ruptura. "Le redoutable" no es un biopic sobre J.L.Godard sino una historia de amor que no termina bien, en la que Anne busca liberarse del hombre que la atormenta psicológicamente. Un hombre con una cierta patología sado-masoquista y autodestructiva, mal canalizada hacia la búsqueda de verdades absolutas en lo artístico y en lo político. Más que en el género autobiográfico, el director se inspiró en la comedia italiana, como las de Dino Risi y Ettore Scola. La comedia italiana es, de hecho, una mezcla de drama y comedia con una gran dosis de ironía y sarcasmo, y un final triste o al menos, ambiguo. Aún cuando el fondo narrativo sigue siendo dramático, las situaciones en "Le redoutable" son mostradas bajo una mirada cómica: Godard tropezando con la alfombra o quebrando sus lentes en reiteradas ocasiones, el policía expresando admiración por su cine mientras chequea sus documentos tras las manifestaciones. Las discusiones sobre sus películas con otros manifestantes mientras marchan por las calles de París conlleva cierta gracia también, al igual que el plano-secuencia de los seis amigos discutiendo sobre cine y política, mientras vuelven de Cannes comprimidos en el cubículo de un Citroën Escarabajo. Los seis son Jean-Luc Godard (Louis Garrel), Anne Wiazemsky (Stacy Martin), Michèle Rosier (Berenice Bejo), Michel Cournot (Gregory Gadebois), Jean-Pierre Bamberger (Micha Lescot) y Emile (Marc Fraize). En este plano-secuencia, la mayor parte del trabajo estuvo a cargo de los actores ya que el director eligió no realizar montaje. Para lograr el universo godardiano, Hazanavicius contó con la experiencia de su director de fotografía Guillaume Schiffman, quien se inspiró en las películas de Godard de los '60, en especial "Le Mépris" (1963) y "Pierrot le fou" (1965). En la secuencia de los jóvenes que toman las calles de París hay un interesante trabajo de vestuario de Sabrina Riccardi y de ambientación de Christian Marti. Hay también un juego de tonos en el vestuario que va mudando a lo largo de la película. Desde ropas más serias hacia otras más descontracturadas. Anne, por ejemplo, se viste muy formal al comenzar el filme y se va soltando hasta portar el color rojo, a medida que se acerca su declaración de independencia. En general, se privilegiaron los colores primarios, el rojo, el azul y el amarillo, con el fin de proporcionar al vestuario una onda más pop. El director Hazanavicius también utiliza recursos estéticos de Godard para citar sus películas. Como dice Louis Garrel, el actor principal del filme, en una entrevista: "Godard es incapaz de tomar posesión de un lugar -un set de televisión, una asamblea, incluso una novela- sin la deconstruir y la reconstruir". Así también en "Le Redoutable" aparecen diálogos deconstruidos y reconstruidos, como en un collage. Imagen de Godard en el set de filmación de "La Chinoise", voz en off de Anne W., en seguida la imagen de Anne con la voz en off de Godard. Más avanzado el filme, hay un diálogo entre ellos que parece desarrollarse con normalidad, sin embargo sus pensamientos aparecen en un subtitulado dentro del encuadre, que desmiente o contradice el sentido de las palabras, marcando ya una desavenencia cada vez mayor en la pareja y los albores de la ruptura definitiva. Juego de palabras entre los títulos de las películas de JLG, imágenes sucesivas en negativo y positivo, todo ello hace un conjunto de referencias.
Beuys de Andres Veiel. Documental. Alemania, 2017, 107 minutos Treinta años después de su muerte, el artista visual Joseph Beuys continúa adelantado a su tiempo. Beuys fue el primer artista alemán en realizar una exposición individual en el Museo Guggenheim de Nueva York, mientras que en Alemania muchas veces su obra era despreciada. Además de pintor y escultor, Joseph Beuys fue un artista performático, docente de artes plásticas y fundador del partido verde alemán. En este documental, se pueden apreciar archivos fotográficos y fílmicos, entrevistas televisivas en blanco y negro, y otras más actuales, en color, a testigos que lo conocieron personalmente. A través de este material inédito, Beuys habla por sí mismo en un retrato abierto y subjetivo, que abre espacios para nuevas ideas en lugar de proclamar verdades absolutas, alimentando así debates sociales, políticos y morales. Se trata de un documental atípico con mucho trabajo de pos-producción. El director Andres Veiel utiliza todo tipo de efectos digitales para tratar los archivos documentales: Split Screen para dividir la pantalla en seis, cámara lenta digitalizada, fotos con efectos de veladura, figuras recortadas del fondo, que luego son re-coladas sobre otro fondo, a la manera de un collage. Algunas imágenes han sido re-encuadradas en un marco que simula un fotograma o el negativo de una fotografía. Varios de estos efectos, incluyendo el de tipeado en máquina de escribir o de escritura en letra cursiva, fueron experimentados por cineastas como Peter Greenaway y David Lynch. Por eso podemos afirmar que "Beuys" no es un documental clásico sino que entra dentro de los parámetros estéticos del posmodernismo.
La Villa de Robert Guédiguian. Con Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan. Francia, 2017. 107 minutos.
En una pequeña bahía en los alrededores de Marseille, al sudeste de Francia, un hombre anciano espera la muerte en su pintoresca mansión. Para acompañarlo en sus últimos días, sus tres hijos, Angèle, Armand y Joseph se reúnen en el restaurant obrero fundado por el padre, con el fin de evocar recuerdos de juventud y ponderar los ideales transmitidos en la casa paterna. La llegada de un grupo de refugiados cambia esos momentos de reflexión sobre asuntos del pasado en un accionar tumultuoso en el presente.
La mansión en el sur de Francia, emblemáticamente cerca de Marseille, donde nació el himno nacional francés, representa a Francia y a sus sucesivas generaciones. Maurice, el padre, sufre un accidente cerebro-vascular y los padres de Yvan, Martin y Suzanne, están cansados de la vida, ellos son la generación vieja, la generación que pasó dos guerras mundiales, la que vio los últimos estertores de la Francia colonial. Esa generación, nos muestra Guédiguian, está actualmente en decadencia.
Luego viene la generación de los tres hermanos : Angèle, Joseph y Armand, más comprometida con la política de izquierda ya que creció junto con las ideas marxistas de la lucha de clases. Angèle es actriz de teatro, Joseph dejó los estudios para participar del movimiento obrero y trabajar en las fábricas y Armand se ocupa del restaurant obrero montado por Maurice. La tercera generación está representada por la parejita de jóvenes que inicia un romance, Yvan y Bérangère. Ellos están dejando de lado los ideales de izquierda y sus esfuerzos se centran en adaptarse al sistema capitalista.
Finalmente, la más joven y última generación, es la de los tres hermanitos refugiados, adoptados por Angèle y su flamante novio. Los niños refugiados, probablemente escapados de Siria (ellos no hablan ni comprenden la lengua francesa, lo que descartaría su origen magrebí) insisten en permanecer de manos tomadas a pesar de los esfuerzos de los adultos por separarlos. Este detalle llama la atención porque el espectador lo asocia enseguida con el plano cercano de las manos entrelazadas de Martin y Suzanne antes de morir. Es como si el director nos estuviera diciendo que la generación que hoy día se está extinguiendo, será reemplazada en el futuro por los inmigrantes provenientes de países musulmanes.
De la esposa de Maurice no se habla casi, pero por los rasgos faciales de Angèle, se deduce que su madre provenía de alguna ex colonia francesa del Magreb. La cámara pone especial énfasis en el parecido físico entre Angèle y la niña refugiada. Casi parecen de la familia, aún siendo adoptante y adoptada. Lo cual significa que Francia necesita y aún se enriquecería con la inclusión de los refugiados en la sociedad francesa.
Detroit de Kathryn Bigelow. Con John Boyega, Will Poulter, Algee Smith, Jason Mitchell, Anthony Mackie. Estados Unidos, 2017. Duración: 143 minutos. En el verano de 1967, los Estados Unidos enfrentan una ola de disturbios y enfrentamientos sin precedentes, con la Guerra de Vietnam de fondo y un número cada vez mayor de casos de represión racial. Durante las protestas en Detroit, la policía local es llamada para investigar la denuncia de un supuesto tirador alojado en el Motel Algiers. Ignorando la ley, los policías interrogan y torturan a un grupo de afro-americanos, en un juego mortal de intimidación. Al final de la noche, tres hombres desarmados fueron asesinados a sangre fría y otros quedaron gravemente heridos y traumatizados. Al meterse de lleno en esta página crítica pero largamente olvidada de la historia contemporánea norteamericana, Kathryn Bigelow (The Hurt Locker, 2008; Zero Dark Thirty, 2012) y su co-guionista Mark Boal buscaron rendir homenaje a las víctimas y sobrevivientes del Motel Algiers, con respeto y humanismo. Dado el estilo naturalista del filme, la realizadora decidió integrar imágenes de archivo a las tomas para acentuar aún más el efecto realista del docudrama. Gracias a seis investigadores dedicados full time al proyecto, la producción logró reunir material de prensa, reportajes radiofónicos y televisivos, archivos judiciales, resultados de las investigaciones llevadas por el FBI y el Ministerio de Justicia, testimonios de manifestantes y otros documentos desclasificados por el Departamento de Policía de Detroit y la Universidad de Michigan. "Detroit" apunta a una toma de conciencia respecto de la brutalidad policial, el racismo institucional y la falta de respuesta por parte de la Justicia frente a los casos de segregación racial en los Estados Unidos.
Zama de Lucrecia Martel. Con Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas, Matheus Nachtergaele, Juan Minujín, Mariana Nunes, Rafael Spregelburd, Daniel Veronese. Países: Argentina/Brasil/España/Portugal /México. Año: 2017. Duración: 115 minutos.
Basada en la novela homónima del escritor mendocino Antonio di Benedetto y protagonizada por un elenco ciertamente internacional, la última película de Lucrecia Martel ("La Ciénaga", "La Niña Santa", "La mujer sin cabeza") cuenta la historia de Don Diego de Zama -en la piel del actor hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho-, un corregidor público, funcionario de la Real Corona Española, que cumple tareas en Asunción del Paraguay a finales del siglo XVIII. En el ansia de regresar a Buenos Aires con su mujer y sus hijos, acaba partiendo con un grupo de soldados a la caza del peligroso bandido Vicuña Porto (Matheus Nachtergaele).
"Zama" retrata con fidelidad y sutileza paisajes y costumbres coloniales a través de la dirección de fotografía de Rui Poças, la dirección de arte (ambientación, escenografía y utilería) de Renata Pinheiro y diseño de vestuario de Julio Suárez. El filme aborda temas de época como una sociedad patriarcal y esclavista, en la que los negros no tienen voz, los aborígenes son tratados como salvajes y las damas españolas usan las mismas ropas apretadas e incómodas que en Europa, a pesar de las altas temperaturas del Paraguay. El ambiente opresivo es aumentado por los diálogos artificiales y forzados, y por una banda sonora en la que los zumbidos de insectos, molestos e insistentes, transmiten muy bien la sensación de un calor agobiante.
Don Diego de Zama no es dueño de su destino, se ve obligado a aceptar lo que se le impone a pesar de sus deseos. Estas empresas absurdas y quijotescas en medio de un paisaje salvaje pudo haber hallado inspiración en películas como "Aguirre la ira de Dios" o "Fitzcarraldo" de Werner Herzog, y en el cine surrealista de Luis Buñuel, donde las situaciones sufren una degradación progresiva y los personajes no parecen hallar una salida, mientras intentan en vano satisfacer sus deseos eróticos y sus sueños de libertad. Un poco como sucede en el lenguaje onírico. Y hablando de lo onírico podríamos decir que "Zama" toma del surrealismo estas situaciones que se van degradando inexorablemente y la sensación pesadillesca de ahogo, de opresión y encierro. Los delirios de Don Diego nos inducen a pensar en que tal vez el relato entero sea producto de esa mente afiebrada por las enfermedades y el calor. Durante casi toda la primera parte busca compañía femenina pero es constantemente rechazado. Allí está el deseo insatisfecho, como así también el deseo de liberarse de ese ambiente y volver con su familia, algo que parece nunca llegar a concretarse.
Aparte de las fuentes cinematográficas encontramos especial relación con el Realismo Mágico literario. El realismo mágico fue una escuela literaria latinoamericana, que apareció a mediados del siglo XX y que intentó darle verosimilitud a lo fantástico e irreal. Para los autores del realismo mágico, como lo era Antonio di Benedetto, lo extraño es vivido como algo cotidiano y común por los personajes. El tiempo deja de ser lineal, para convertirse en un tiempo subjetivo, no racional ni lógico. El presente y el pasado se confunden. El tiempo se distorsiona y lo sensorial pasa a formar parte fundamental de la percepción de la realidad. En "Zama" el zumbido de los insectos y el sudor que se adhiere a las ropas, forman parte de esa percepción sensorial aumentada. El recién llegado, el "oriental", que trae consigo la plaga y varias botellas de brandy, es llevado en andas, en una silla, hasta su posada. De pronto hay un corte y aparece su hijo sentado en la misma silla, dando la impresión de ser el mismo "oriental" quien se transforma en un niño para volver luego a su estado adulto. Allí el pasado y presente conviven sin mediar motivo lógico. La secuencia parece haber sido narrada bajo los principios irracionales del lenguaje onírico. Hasta se podría aventurar la idea de que todo el film transcurre en la mente del protagonista.
Based on a true story (D'après une histoire vraie) de Roman Polanski. Guión: Olivier Assayas y Roman Polanski, en base a la novela homónima de Delphine de Vigan. Con Emmanuelle Seigner, Eva Green, Vincent Pérez. Países y año: Francia, Bélgica, 2017. Duración: 110 minutos.
Delphine escribió una novela dedicada a su madre, que se transformó en best-seller. Extenuada y fragilizada por sus recuerdos, Delphine se ve atormentada por cartas anónimas que la acusan de tirar a su familia a los leones. Hasta que Elle, una joven encantadora, inteligente e intuitiva, se cruza por su camino. Delphine se acerca a Elle, confía y se abre a ella. ¿Hasta dónde Elle llegará después de mudarse al departamento de la escritora? ¿Vino para llenar o para crear un vacío? ¿Para darle nuevos ímpetus o para robar su vida?
Esta última película de Roman Polanski, como muchas de las anteriores, atraviesa diferentes géneros, desde el cine negro, en el prólogo y el desarrollo, hasta el de horror, en el desenlace. Es un juego de espejos entre realidad y ficción, en el que Delphine y Elle quedan atrapadas, como en una telaraña. Cada una, a su vez y a su manera, intentará manipular a la otra, ampararse en la otra y vampirizarla sucesivamente.
De algún modo el filme toca el tema de la homosexualidad, pero también el de la esquizofrenia, ya que Elle es, en cierta forma, un aspecto interno de Delphine, una parte no aceptada de su psiquis, un aspecto de sí misma que la tortura. De hecho Elle es, además de un nombre de mujer, un pronombre personal en su forma femenina y singular. Puede estar aludiendo a una mujer cualquiera. Funciona de una manera parecida al término "ello", utilizado por el psicoanálisis para definir el espacio psíquico en el que el deseo incontrolable, el terror atávico y el instinto primitivo se mueven sin los límites impuestos por el super-yo.
Delphine, en cambio, lleva el mismo nombre de la escritora Delphine de Vigan, lo cual inscribe a su novela en el género autobiográfico, tal como el título sugiere. Un título que utiliza la palabra "real" de una forma por demás irónica: ¿Qué hay de realidad y qué de delirio en las conversaciones de Delphine con su doble Elle? No tenemos los elementos para responder a este interrogante, porque en la mayoría de las historias de Roman Polanski, los finales quedan abiertos, supeditados a la imaginación del espectador.
Le vénérable W. Documental de Barbet Schroeder. País y año: Francia, Suiza, 2017. Duración: 95 minutos
"Oh Rey, hay un país en las pendientes nevadas del Himalaya cuyo pueblo está dotado de riqueza y valor, y se ha asentado en las frontera de Kosala. Por clan son arios de la raza solar, shakyas por nacimiento. De esa familia procedo, y no deseo cosas mundanas. Contemplando la miseria de los deseos y pasiones, considerando la renuncia como fuente de paz, me esfuerzo en seguir mi camino y el nirvana es mi objetivo". Siddhartha Gautamá. Siglo V a.C(2)
Diferente de lo que se espera de un liderazgo de filosofía budista, una religión basada en un modo de vida pacífico, tolerante y no violento, El Venerable Wirathu, líder del partido racista Ma Ba Tha, en Myanmar, vive inmerso en las aguas más profundas del segregacionismo. Un retrato perturbador de las paradojas de un país donde el discurso de odio e islamofobia se traduce en violencia y destrucción contrastando con el ambiente de paz y armonía de los monasterios budistas.
Como bien dice uno de los entrevistados en el documental, la corriente de odio que instaló Wirathu en Myanmar se puede comparar con el nazismo. Y no es casual. Es sabido que el partido nazi se basó en una mala interpretación de los textos védicos para sustentar su ideología de la raza aria superior. En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del segundo milenio a.C) se emplea la palabra ario aunque desprovista de connotaciones raciales, sino más bien refiriéndose a una etnia, nación o pueblo. Hoy día los budistas e hinduistas la utilizan con el sentido de nobleza y espiritualidad.
Es la exégesis de la superioridad racial la que es tomada por Wirathu para incitar a sus fieles a matar a la población musulmana y quemar sus casas y comercios, proclamando en reiteradas ocasiones que sus "enseñanzas" apuntan a "proteger la raza y la nación". El documental intenta, en cierta forma, mostrar que el budismo no es eso, que los verdaderos monjes budistas de Myanmar predican el camino de la paz y el amor al prójimo, y que el odio sólo llama a más odio.
Sin embargo la película tiene aspectos objetables. Todos los testimonios apuntan a destruir el discurso del "villano", a contradecirlo o a dejarlo en ridículo. La demonización de un personaje puede ser aceptable en el género ficcional, pero los documentales requieren pesos y contrapesos en los testimonios. Aún cuando el sujeto estudiado sea el más controversial y detestable que se pueda imaginar, el guión debe evitar dirigir al espectador e inducirlo a pensar de una y determinada manera. El género documental debería ser lo menos tendencioso posible para permitir al público extraer sus propias conclusiones.
Unicornio de Eduardo Nunes. Con Bárbara Luz, Patricia Pillar, Zé Carlos Machado, Lee Taylor. Brasil, 2017, 123 minutos. "Unicornio", adaptación de dos cuentos de Hilda Hilst, "O Unicórnio" y "Matamoros", cuenta la historia de María (Bárbara Luz), una púber que conversa con su padre (Zé Carlos Machado), ambos sentados uno al lado del otro frente a un muro de ladrillos blancos. La conversación que ellos sostienen conduce la narrativa del filme: acompañamos la historia en un espacio muy diferente al anterior, en la rústica casa de campo donde ella vive con su madre (Patricia Pillar) y donde las dos aguardan el regreso de este mismo padre. La relación entre María y su madre cambia con la llegada de otro hombre, un joven pastor de cabras (Lee Taylor). Sólo hacia el final de la película sabemos cuál de estos espacios es presente y cuál es pasado, qué personajes son reales y cuáles son ficticios o simples recuerdos. La narración, sin duda, se posiciona en el punto de vista de María. La historia navega entre las aguas de la fábula y el psicoanálisis, inspirándose especialmente en la simbología junguiana de la que el lenguaje visual está colmado. Veamos algunos de estos símbolos: Unicornio: La leyenda dice que este animal solitario cae rendido y aprisionado cuando una virgen se le aproxima. Simbólicamente representa la sexualidad sublimada. El blanco de su cuerpo connota castidad mientras que su cuerno remite a un símbolo fálico. La alquimia usa esta ambivalencia para referirlo a un ser hermafrodita. En la película el unicornio representa a María, cuya sexualidad aún no está definida debido a su edad -ya no es una niña pero tampoco es una mujer madura- y a un conflicto psicológico derivado de la ausencia de figura paterna (recordemos que el padre está ausente durante toda la película, y sólo aparece como una visión proyectada por su mente). No queda claro en la película si María tiene envidia de la belleza de la madre y celos de su relación con el pastor de cabras, o si ella está ocupando el lugar del padre y defiende ese lugar ante lo que ella percibe como una amenaza al territorio que la figura paterna dejó vacante. Granada: La cáscara dura, lisa y rosada de la granada, llena de semillas, se abre para revelar su pulpa roja, color sangre. La leyenda dice que la pulpa de la granada brotó de la sangre de Dionisio. Color rojo: El rojo es el color de la vida. Su significado está relacionado con la experiencia humana de la sangre y el fuego. Se encuentra en el centro de nuestras imágenes de libido, sea pasión sexual, agresión o ira. La historia de "Unicornio" hace que la granada se transforme en un fruto venenoso. Probablemente el rojo de su pulpa remita a la sangre menstrual en tanto preocupación de una púber por su sexualidad, al mismo tiempo que a sus celos e ira contra la madre y sus flirteos con el joven cuidador de cabras. Una granada venenosa equivale a un oxímoron en poesía. Porque la primera simboliza la vida y la segunda, la muerte. Es una contradicción en términos, el contrapeso entre bien y el mal, Eros y Tanatos. Algo similar vemos en otros filmes protagonizados por jóvenes púberes. En "Carrie" (1976) de Brian de Palma, por ejemplo, la protagonista vive con culpa y miedo la menarquía. Al mismo tiempo descubre que posee poderes psíquicos. Cuando las compañeras de colegio le juegan una mala pasada en el baile de graduación, una burla que involucra la sangre de un animal sacrificado, ella reacciona con violencia usando sus poderes con fines destructivos y quemándolo todo a su paso. Aquí, como dijimos más arriba, hay una asociación simbólica entre la sangre y el fuego, entre la pubertad y la fuerza destructora. En el caso de la protagonista de "Unicornio", el rojo intenso de la fruta se asocia al sangrado menstrual y a la muerte por envenenamiento. Pero no solo de la dupla Stephen King/Brian de Palma toma algún tipo de inspiración "Unicornio", sino especialmente de otras fuentes como los paisajes mentales del ruso Andrei Tarkovksi y las películas del armenio Sergei Parajanov. "El color de la granada" (Parajanov, 1968), por ejemplo, es una reflexión acerca de la eterna lucha entre la carne y el espíritu, entre la vida y la muerte. La carne, vinculada al color rojo, al amor, al sexo, a la granada del título. El espíritu, relacionado con los tonos negros y grises, con la oración, con el estudio de los textos bíblicos y con los atuendos monacales. En "Unicornio", el encierro, la inmovilidad y la muerte se relacionan con el muro blanco del hospicio, mientras que el cuerpo, la vida y el movimiento se relacionan con los colores vivos de la naturaleza. El montaje alterna secuencias entre estos dos ambientes contrastantes: uno claustrofóbico, frío y despojado, el otro pleno de colores y de luz natural, un paisaje serrano que parece inspirado en "Las Bucólicas" de Virgilio, sobre el cual va esparciéndose poco a poco el veneno que conduce a la tragedia. Este paisaje de ensueño es el resultado de un tratamiento digital en posproducción, tendiente a saturar los colores de forma no naturalista.
Earth one amazing day . Dirección: Peter Webber, Richard Dale, Lixin Fan. Países: Reino Unido/China. Año: 2017. Duración: 95 minutos.
Un viaje alucinante revela el increíble poder de la naturaleza y de sus habitantes. A lo largo de un único día, rastreamos el sol de las montañas más altas hasta las islas más remotas, pasando por distantes selvas exóticas. Con humor, intimidad y sensación de esplendor cinematográfico, el documental, unido a un elenco de personajes inolvidables, resalta cómo un simple día, en medio de miles de acontecimientos cotidianos, reúne muchas más maravillas de lo que podríamos imaginar. Varias formas de vida sobre el planeta son mostradas en diferentes estadios de peligro, lucha y situaciones de amenaza y supervivencia. Entre estas secuencias de una gran preciosidad fotográfica se intercalan escenas de animales en situaciones graciosas, acompañadas de una música festiva. Con narración de Robert Redford.
La noche de premiación El evento de premiación de la 19ª edición del Festival de Rio tuvo lugar en el Cine Odeón, la noche del domingo 15 de octubre de 2017. Las maestras de ceremonia fueron la presentadora de tv Renata Boldrini y la actriz Suzana Pires. Las directoras del festival Ilda Santiago y Walkiria Barbosa también subieron al escenario para agradecer la participación del público, de los productores, patrocinadores, directores y jurados en esta nueva edición que ellas definieron como "el más bonito ya realizado" y "el más festivo, más alegre, con un público más ávido de cine".
Notas -1 Barthes, Roland. A Câmara Clara. Nota sobre fotografia. Edição Especial. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 2012, p.19 -2 Allen Mitchell, Robert. Buda: Una biografía viva y fascinante, Planeta de Agostini. Barcelona, 1995
Los vencedores del Festival de Rio 2017 son los siguientes:
Première Brasil - ficción y documental / largo y cortometraje Jurado presidido por Antonio Saura y compuesto por Caio Gullane, Heloísa Passos, Leandra Leal y Paz Encina
Mejor largometraje de ficción: "As Boas Maneiras" de Juliana Rojas y Marco Dutra. Producido por Sara Silveira, Maria Ionescu, Clément Duboin e Frédéric Corvez Mejor largometraje documental: "Piripkura" de Mariana Oliva, Renata Terra, Bruno Jorge. Producido por Mariana Oliva Mejor cortometraje: "Borá" de Angelo Defanti. Producido por Sara Silveira, Bárbara Defanti y Cristina Alves Mención de Honor Cortometraje: Roberta Gretchen Coppola, por "Vaca Profana" Mejor dirección de ficción: Lúcia Murat, por "Praça Paris" Mejor dirección de documental: Tatiana Lohmann y Roberta Estrela D'Alva, por "Slam: Voz de Levante" Mejor actriz : Grace Passô, por "Praça Paris" Mejor actor: Daniel de Oliveira por "Aos Teus Olhos" y Murilo Benício por "O Animal Cordial" Mejor actriz de reparto: Marjorie Estiano por "As Boas Maneiras" Mejor actor de reparto: Marco Rica por "Aos Teus Olhos" Mejor fotografía: Rui Poças por "As Boas Maneiras" Mejor montaje - Caroline Leone por "Alguma Coisa Assim Mejor guión: Lucas Paraizo por "Aos Teus Olhos" Premio especial del Jurado: "Slam: Voz de Levante"
Nuevos Rumbos Jurado compuesto por Allan Ribeiro, Bruna Linzmeyer e Bruno Safadi
Mejor filme: "A parte do mundo que me pertence" de Marcos Pimentel. Producido por Luana Melgaço Mejor cortometraje: "Atrito" de Diego Lima Premio Especial del Jurado: "Vende-se esta Moto" de Marcus Faustini
Voto popular: Mejor largometraje ficcional: "Aos Teus Olhos" de Carolina Jabor. Producido por Carolina Jabor e Leonardo Monteiro de Barros? Mejor largometraje documental: "Dedo na ferida" de Silvio Tendler. Producido por Silvio Tendler Mejor cortometraje: "Vaca Profana" de René Guerra. Producido por Juliana Vicente
Premio de la Crítica Fipresci Jurado compuesto por: Ana Rodrigues, Chico Fireman, Francisco Russo
"As Boas Maneiras" de Juliana Rojas e Marco Dutra
Premio Félix Jurado compuesto por Eduardo Graça, Isabel Penoni, João do Corujão
Mejor Largometraje Ficcional: "As Boas Maneiras" de Juliana Rojas y Marco Dutra. Producido por Sara Silveira, Maria Ionescu, Clément Duboin e Frédéric Corvez Mejor Largometraje Documental: "Queercore: How to Punk a Revolution" de Yony Leyser. Producido por Thomas Janze Mejor Cortometraje: Sandra Chamando, de João Cândido Zacharias. Producido por Tatiana Leite
Premio Muestra Generación: Jurado compuesto por Simone Monteiro, Maria Costa Rodrigues y Cavi Borges
Menciones Honoríficas: "Historietas assombradas, o filme" de Vitor-Hugo Borges y "Altas expectativas" de Pedro Antonio Paes e Álvaro Campos Premio al Mejor Filme de la Muestra Generación: "Sobre Rodas" de Mauro D'Addio. Producido por Beatriz Carvalho
Bibliografía consultada:
Bazin, André.: "Ontología de la imagen fotográfica", 1945 Barthes, Roland. "A Câmara Clara". Nota sobre fotografia. Edição Especial. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 2012 Allen Mitchell, Robert. Buda: Una biografía viva y fascinante, Planeta de Agostini. Barcelona, 1995 Martin, Kathleen y Ronnberg, Ami. O libro dos símbolos. Taschen. Köln. 2012 Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de Símbolos. Ed. Siruela. Madrid, 2008 GPESC. Grupo de Pesquisa em Semiótica e Culturas da Comunicação. "Aumont, 2003. Dicionário Teórico y Crítico de Cinema.". Blog de Carlos Alberto Mattos. Festival do Rio: Unicórnio. 12 de octubre de 2017 Aloha Criticón: El Color de la Granada (Sayat Nova) (1968) de Sergei Parajanov. Arios. Wikipedia.
|

|