Vencedores o vencidos en los Oscars 2014
Los Oscars de este año han sido previsibles, ya que se han otorgado los mejores premios a películas de calidad, pero de un impacto algo esperado, el mundo del racismo en la mejor película Doce años de esclavitud, donde vemos el tópico de los buenos y malos, en una muy dura historia que ya nos han contado muchas veces, pero también tenemos Gravity, una notable película que transcurre en el espacio, la cual ha obtenido siete premios, merecidos, sin duda, pero que nos obliga a pensar que han podido más los efectos especiales y lo visual que la historia humana que hay detrás. La pregunta es: ¿Vencedores o vencidos? Parafraseando a la famosa película de Stanley Kramer de 1961 sobre el juicio de Nuremberg, ya que nos cuestionamos si han sido estas las mejores películas del año, ¿no merecía semejante tributo la inigualable Nebraska, intimista y poderosa en las imágenes de ese gran Bruce Dern, un hombre como todos nosotros que vive la angustia existencial?. Me pregunto también ¿no merecía La gran estafa americana, con su trama amena y sus poderosas interpretaciones el Oscar a la mejor película o a los mejores actores? Sin duda alguna, los premios adolecen de cierto americanismo, son puro glamour, siguen despertando interés, pero prevalece el efectismo sobre la calidad, la película ganadora es una cinta de denuncia que, sin ser mala, nos suena a vista en muchas ocasiones, parece como si la Academia de Cine no pudiese resistirse a premiar a una película donde el mundo del racismo, que tanto remordimientos ha dado a los blancos, fuese un tanto seguro para ganar un premio. Lo mismo pienso del actor ganador, Matthew McCounaghey, que realiza un gran papel, sin duda, de ese hombre enfermo de sida en la notable Dallas Buyers Club, pero se ha premiado el esfuerzo físico por delante de actores como DiCaprio que han madurado y han hecho de su papel un verdadero alarde de virtuosismo interpretativo. Da la impresión que los académicos no perdonan el proceso de este actor que de un niño bonito ha resultado ser un actor de peso en El lobo de Wall Street. Si el premiado también ejerció de chico guapo, su papel le predisponía para no pasar desapercibido, como si ya llevase el Oscar en la mirada. Mi opinión es que Cate Blanchett está muy bien en la película de Woody Allen, pero no me resisto a callar que Amy Adams se come su papel en la despreciada La gran estafa americana, logrando una interpretación de gran calado emocional. La decisión siempre es resbaladiza y difícil, pero este año ha pesado, sin duda, la notable fuerza del efectismo, frente a la potente calidad de otros actores que no han tenido tanto renombre. Lo mismo pienso del magistral Bruce Dern, el único que podía hacer verdadera sombra a DiCaprio, porque su papel rezuma honestidad y verdad en una película de autor, que, por no ser tan comercial, ha sido olvidada. Creo que los Oscars este año siguen la senda de lo que vende y nos proporciona alguna desazón, porque no siempre lo que vende es lo mejor, aunque he sido feliz al saber que la gran película italiana La gran belleza ha ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, cine que nos hace soñar, que nos envuelve, una cinta que se vuelve un tierno homenaje a la vida, al mundo felliniano, donde disfrutamos de un cine que no pueden hacer los americanos. La pregunta es siempre la misma, qué hace que el cine europeo no pueda tener los mimbres del potente cine americano y la respuesta la da la improvisación, sostengo que hay algo fresco en muchas películas italianas, españolas o francesas que el cine americano, buscando siempre lo emotivo, la gran interpretación, no logran contener. Los Oscar, este año, nos cuentan, de nuevo, que no ganan los mejores, sí lo que impresionan más, porque los académicos son gente sensible que se conmueve ante el racismo, ante enfermos de sida, etc, pero ¿acaso no se nota que hay algo previsible en todas ellas? La lágrima que se arranca no por la naturalidad y la frescura de la película italiana, sino por un efecto intencionado de sorprendernos que a algunos, que hemos visto mucho cine, ya no nos sorprende, ni siquiera Gravity, notable película, no impresiona tanto, pero, bueno, Hollywood es así, supongo que el gran Bruce Dern se puede consolar con la mirada verdadera de los que hemos llorado viendo su papel en la magistral Nebraska, ¿quién da más? Pedro García Cueto |
![]() Lobo de Wallstreet
![]() Doce años de esclavitud
![]() Nebraska
![]() Gravity
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