13° Bafici: Balance de un festival en movimiento
Del 6 al 17 de abril de 2011 se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires la edición número 13 de su ya clásico Festival Internacional de Cine Independiente. Lo que empezó siendo un pequeño festival con intenciones modestas en 1999 apunta cada vez más a ganar un público amplio y diverso. La multiplicación de las propuestas año tras año da fe de esto, y esta última edición del festival no fue la excepción. Así como el año pasado fue el turno del taller Animationbox, que en el marco del BAFICITO (sección de películas para niños) propuso un espacio para la creación de cortos de animación, este año también hubo novedades. Las principales vinieron de la mano de cambios en la organización de la programación y en la inclusión de una propuesta estética/tecnológica como es la exhibición de películas en 3D. Así, la grilla de este año presentó tres nuevas secciones: Arte y aparte, Elegante Sport y Corazones, a la vez que los films Cave of forgotten dreams (Werner Herzog), Pequeñas voces (Jairo Eduardo Carrillo) y Torrente 4: Lethal Crisis (Santiago Segura) fueron proyectadas en tres dimensiones. Este último film recibió además especial atención gracias a la presencia en el festival del mismísimo Santiago Segura, quien conversó con el programador Diego Trerotola en el marco de las Actividades Especiales. El diálogo con Segura resultó uno de los encuentros más concurridos y celebrados del festival. Dos joyas cinematográficas del pasado se destacaron este año en la programación: por un lado, la proyección en copia original restaurada de Metrópolis (Fritz Lang) con música en vivo (lo cual representa todo un acontecimiento, después de que se encontraron 30 minutos de film que se creían perdidos). Por otro lado, la exhibición de El gatopardo (Luchino Visconti) en versión completa e igualmente restaurada. A estas películas habría que agregarles, claro está, la presencia de otros films de directores consagrados, como los de Godard o Ruiz, que igualmente pasaron por el BAFICI. La ecléctica programación del festival cruzó estas obras con una gran cantidad de operas primas de jóvenes cineastas, característica que se viene sosteniendo desde hace años. El film de apertura, sin ir más lejos, fue la opera prima del argentino Juan Minujín, titulada Vaquero. La propia página web del festival asegura que 300 mil personas se acercaron este año al BAFICI, para ver alguna de las 438 películas que se proyectaron. El festival movilizó unos 300 invitados de diversas partes del mundo y ofreció, como ya es habitual, una serie de actividades que incluyen mesas redondas, seminarios, proyecciones de films al aire libre y recitales, entre otras. Como otros años, uno de los puntos fuertes del festival fue la edición de libros. En esta ocasión se presentaron El cine como destrucción de Kijû Yoshida; Festival, de César Aira y El cine y los géneros: conceptos mutantes, compilación que reúne textos de Quintín, Kent Jones, Jim Finn y otros. El primero está dedicado la filmografía del director japonés, quien estuvo presente en el festival encabezando la retrospectiva que se exhibió de su obra. El segundo es una novela escrita por Aira durante 2010, mientras se desempeñaba como miembro del Jurado Oficial de BAFICI. El tercero, por último, es una compilación que reúne textos de varios autores, dedicados a problematizar el concepto de género cinematográfico. Mientras que los dos primeros libros aún continúan a la venta, este último se agotó hacia el final del festival. El sábado 16 de abril se anunciaron finalmente los ganadores de las secciones en competencia. Qu'ils reposent en révolte (des figures des guerres), de Sylvian George, fue la ganadora en la Selección Oficial Internacional, y recibió además el premio otorgado por FIPRESCI. El premio a la mejor película de la Selección Oficial Argentina fue para La carrera del animal, de Nicolás Grosso. El premio al Mejor Director en el marco de la Competencia Internacional fue para Athina Rachel Tsangari por su film Attenberg; y en la Competencia Argentina, para Román Cárdenas, por su película Las Piedras. En la competencia de cortos resultaron premiadas El juego de Benjamín Naishtat (Argentina / Francia), La fiesta de casamiento de Gastón Margolin y Martín Morgenfeld (Argentina) y Soy tan feliz de Vladimir Durán (Argentina). Como todos los años, el cierre del BAFICI fue con una fiesta, esta vez en el Club La Trastienda, previa premiación de los ganadores. Es imposible resumir en pocas líneas las cuestiones más salientes de un festival que no para de crecer. A veces con más aciertos, a veces con más errores (hay que decirlo: cada tanto aparecen films que no parecen estar a la altura de un festival internacional, lo cual se suma a problemas de organización que nunca faltan) sí hay algo indudablemente destacable: a medida que pasa el tiempo, no deja de expandirse y proponer. Producción, distribución y exhibición están igualmente contempladas en un festival que invita a realizadores a participar en su laboratorio de coproducción, a productores y distribuidores a integrar el Manual de la Industria y a los espectadores a ver alguna de las muchas películas que conforman la grilla de programación. Con defectos y virtudes, el BAFICI es un festival en movimiento. Soledad Pardo |
![]() Las Piedras
![]() Qu'ils reposent en révolte (des figures des guerres)
![]() Vaquero
![]() La carrera del animal
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