Septiembre - Octubre 2021
Partes Usadas
México/Francia/España, 2007
Dirección: Aarón Fernández
Guión: Aarón Fernández
Intérpretes: Eduardo Granados, Alan Chávez, Carlos Ceja, Pilar Padilla.
Género: Drama
Duración: 95 minutos
Fecha de Estreno: 19 de noviembre de 2008
Nota Cinecritic
Iván, un adolescente de 14 años y su tío Jaime, revendedor de partes usadas, sueñan con emigrar ilegalmente a Chicago con la esperanza de una vida mejor.
Necesitados de dinero para el pasador, Jaime introduce a su sobrino Iván en el medio del robo de partes usadas. Aunque en un comienzo se divierte aprendiendo los gajes del oficio, Iván descubre que las intenciones de su tío son diferentes al proyecto inicialmente consensuado. La traición del tío afianza los lazos de amistad entre Iván y su amigo Efraín. Partes Usadas trata el tema del mercado negro de la compraventa de autopartes en la ciudad de México como una de los aspectos que adquieren el submundo de la delincuencia y la falta de objetivos que sigue existiendo en los suburbios de las grandes ciudades. Más precisamente en los países latinoamericanos esta falta de objetivos se traduce muchas veces en la ilusión de una expatriación esperanzadora (en este caso a Chicago) que resolvería en teoría muchos de estos problema endémicos en los que viven sumergidos Iván y Efraín, como tantos otros jóvenes de su generación. Sin embargo existe un costado rebelde en ellos, que no sólo tiene que ver con sus carencias materiales sino también con la falta de figura materna en el caso de Iván, y de figura paterna, en el caso de Efraín. Para ellos el robo de autopartes es una forma de vida además de la excusa perfecta para un eterno vagabundeo que los lanza a la calle, fuera de sus entornos familiares. Aunque no provienen de barrios carenciados -también llamados villas miseria, favelas, chabolas o cantegriles, según el país al que pertenecen- son "chicos de la calle" en el sentido de pertenecer a un medio sin contención familiar y de permanecer de alguna manera marginados del resto de la sociedad. "Partes Usadas nació de un deseo muy fuerte de hacer un largometraje con dos chicos que harían los 400 golpes juntos y que deambularían por la ciudad de México (…) Quería hablar de lealtad y de traición: lealtad y amistad entre los dos chicos y traición del tío", explica el director Aarón Fernández en una entrevista, mencionando así, como al pasar, una de las obras más paradigmática de la Nueva Ola francesa: Los 400 golpes. Filmada en 1959, François Truffaut pone especial énfasis en la voluntad de rebeldía e independencia de su protagonista en oposición a la represión de las autoridades -estatal, parental y educativa-, a la cual critica ferozmente. Por su parte Aarón Fernández pensó para Partes Usadas en una puesta en escena con espacios naturales sin artificialidad en los decorados, la contratación de actores no profesionales para encarnar a sus personajes, una iluminación natural y una utilización muy sobria de la música. De esta manera se podría encuadrar en una corriente realista o neorrealista, siguiendo la línea de Ladrón de Bicicletas (Vittorio de Sica, 1948) o Los Olvidados (Luis Buñuel, 1950). Este último, por ejemplo, es el cruel retrato de dos jóvenes que viven en las periferias de la ciudad de México durante los años '50, rechazados por sus padres y por la sociedad en su conjunto. Allí no se pone en cuestión la autoridad del Estado, representada por el director del correccional de menores, sino más bien la autoridad parental que no presenta ningún referente ético y afectivo a sus jóvenes. El cuestionamiento se centra, en el caso de la película de Buñuel, en la madre de Pedro y en los padres ausentes de Jaibo, mientras que en Partes Usadas, el antagonista está encarnado casi exclusivamente en el tío de Iván. Mientras que en Truffaut y en Buñuel había un compromiso ideológico fuertemente anti-burgués, en el filme de Aarón Fernández no hay una clara intencionalidad política o de crítica social. A pesar de actuar en los márgenes de la ley, la motivación principal de los personajes no es la de salir de la miseria, puesto que para ellos el robo de autopartes es casi como un juego de niños o una forma de rebeldía adolescente. La clave de su verdadera motivación la da el mismo realizador: "Yo quería hacer un filme que estuviera del lado de la vida, que tuviera ese costado infantil, un poco anárquico, irreverente, lleno de insolencia (…) Uno es así cuando tiene entre 13 y 14 años, especialmente cuando apenas se cuenta con referentes y que uno mismo es su propio referente". Tampoco aparece en Partes Usadas el costado psicoanalítico de sus protagonistas traducido, por ejemplo, en un análisis más profundo de la relación entre Efraín y su madre. En cambio Buñuel desarrolla extensamente, en Los Olvidados, la inconsciente relación edípica entre Pedro y su madre mediante la representación de una serie de sueños y de imágenes simbólicas que acercan la obra más hacia el surrealismo que hacia el realismo En definitiva, el realizador de Parte Usadas ha abrevado en buenas fuentes tanto para la elección del tema como para el tratamiento estético del filme. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, carece de una postura más comprometida desde el punto de vista ideológico y filosófico. Adriana Schmorak Leijnse |
|