Septiembre - Octubre 2021
Gritos en el pasillo
España, 2006
Dirección y guión: Juan José Ramírez Mascaró
Diseño de personajes: Modesto Berdel
Montaje: Guillermo García
Duración: 75 minutos
Nota Cinecritic
Con una película totalmente fuera de lo común, el director Juanjo Ramírez, con esta su primera película, nos transporta a un mundo semi-real de cacahuates. Con una ambientación magnífica y con técnicas mixtas de filmación, el espectador es transportado a una realidad alterna, a una realidad de cacahuate. La historia corre alrededor de un ilustrador de cuentos infantiles, que es contratado para pintar las paredes de una institución mental situada en medio de la nada, y de las vicisitudes que se van entretejiendo para llevar al personaje principal a una vorágine de situaciones, con un desenlace inesperado. La producción, a pesar de parecer escasa y de pocos recursos, logra que en unos cuantos minutos, el espectador olvide que los personajes son cacahuates y se centre en la trama de la película; todo esto se logra gracias al magnífico doblaje que realmente da vida y sentimientos a los personajes y más aun, marcar en los rostros los deseos y las ansiedades para dar un efecto extremadamente dramático. A últimas fechas, el género de terror se ha estancado en el "gore" y el exceso de sangre, para provocar tan solo repulsión, y el gran cometido de inspirar miedo que tenían las películas de antaño, se ha cambiado por una necesidad imperiosa de provocar nausea. Tal parece que los grandes directores de las películas clásicas han quedado atrás para dar cabida a directores de "gore" y "flesh"; lastima, un género que provocaba en el espectador una reacción determinada, especial, como era el miedo, se cambio por una urgencia de sangre. Gritos en el pasillo logra un suspenso tal como para hacer olvidar que es una película sin actores vivos. Esperemos que más trabajos vayan por este camino, no tan solo un montón de aspirantes a actrices semidesnudas en un baño de sangre llevado acabo por un asesino psicópata, ese tipo de películas terminó por inundar el mercado y ahora ya a nadie le interesa. La película aporta una frescura al cine, la banda sonora imprime un sello característico que cuadra muy bien con la cinta, se mantiene el efecto de suspenso sin caer en el recurso trillado de sonidos de suspenso para acrecentar la ilusión; y aun el personaje más pequeño mantiene una presencia que lo hace indispensable para la continuidad del relato. El cine está dando un nuevo giro, ya no se trata sólo de copiar un arte americano arcaico y decadente, se le está imprimiendo nuevos bríos en todos los rincones del planeta; ya hay buenas alternativas de cintas fuera del mundo estadounidense, que tenía invadido el género, ahora tenemos oportunidad de admirar filmes de muchas partes y regocijarnos con sus historias y su manera de contarlas. Con esta clase de cintas se pone de manifiesto una vez más el ingenio de la gente de cine de todas partes; el séptimo arte no es tan solo explosiones, efectos especiales y actricillas sin ropa, es también ingenio, historia y pasión por lograr algo fuera de lo convencional; Juanjo Ramírez tiene una misión titánica para obtener algo mejor que esta película, estaremos a la espera de su siguiente obra y que no se quede solo en un excelente primer trabajo y nada más. Javier Mora |
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