Septiembre - Octubre 2021
Julien Rappeneau: Rosalie Blum es una película que hace bien |
|
Julien Rappeneau, hijo del célebre realizador Jean-Paul Rappeneau (Cyrano de Bergérac) acaba de presentar en España su primera película como director. Se trata de Rosalie Blum, una historia hermosa y original, entre comedia y drama, que cuenta la historia de Vincent Machot, un joven peluquero que reside en un pequeño pueblo de la provincia francesa, que descubre, un día, por casualidad, a una mujer extraña, Rosalie Blum, a la que decide seguir por todas partes. La primera película de Julien Rappeneau es muy prometedora. Nos habló de eso en Madrid.
|
|
¿Por qué usted se inspira en la historieta de Camille Jourdy para hacer esta película? Porque sentí una verdadera pasión por ella. La encontré muy original. Me gustaba a la vez el principio narrativo y los personajes, que encontré muy conmovedores, como bloqueados, un poco, en el momento de su vida y luego, esta historia extraña de búsquedas que va a ponerlos en movimiento. Vi la posibilidad de hacer una película que no estaría en un género particular, que tendría su propio tono, a la vez, de comedia, de emoción, de misterio …
Pero el tono es también melancólico, nostálgico … Sí, hay una melancolía difusa que me tocó por dentro. Uno la encuentra, por otra parte, en este pequeño poblado de la campiña francesa. Me gustó esto en el cómic. Esto me dio ganas de filmar en una ciudad de la provincia francesa. Esto me decía algo. Con frecuencia son lugares dónde me gusta ir, a veces a solas. Me gusta pasearme porque hay un encanto un poco anticuado y una melancolía impalpable. Hay un poco de aburrimiento, aunque tenga también una cierta dulzura. Es el encuentro de los dos. En la historieta de Camille Jourdy, es lo que traté de rencontrar en la película, me gusta la idea de que lo novelesco va a venir a interferir en la vida cotidiana de la gente de todos los días. Hay algo que va a trastocar la rutina. Filmé en una ciudad de Borgoña que se llama Nevers. Es allí dónde Alain Resnais había rodado "Hiroshima Mon Amour". Es una ciudad intermediaria como hay muchas en Francia. Son ciudades que deben continuar existiendo en término de dinamismo pero es más difícil porque hay una tendencia a ser polarizada por los grandes centros urbanos. Pero sé que estas ciudades, para muchos franceses, hablan. Yo buscaba una ciudad que no se pudiera identificar, que no se pudiera decir donde está. No en el mar, no en la montaña. Es la imagen que se tiene de una ciudad pequeña de provincia francesa y Nevers me hizo pensar en esto.
¿Por qué escogió contar la historia desde diferentes puntos de vista, un poco como un rompecabezas? Es un principio que estaba en el cómic de Camille Jourdy. Encontraba que era muy interesante aprovechar este principio en el cine. Me gusta mucho la idea de poder jugar con el espectador. El espectador comienza a imaginar con Vincent, el protagonista, una película, pero finalmente las cosas se le van a aparecer de otro modo. Jugar con las sensaciones, las emociones, las apariencias falsas, es algo que interroga nuestra mirada de espectador. Me gusta mucho la idea de que los personajes, a medida que la película avanza, se develen a sí mismos. Van a comprender por qué hacen las cosas, las relaciones de unos con otros y el filme se revela al mismo tiempo al espectador como un gran rompecabezas. A nivel de la puesta en escena es complicado de poner en ejecución pero divertido de construir. Hay que ser muy preciso.
¿Es una historia de soledades que se encuentran? Sí, eso es. Particularmente, los tres personajes principales son solitarios. Finalmente, por esta decisión inconsciente de Vincent (comprenderemos después por qué) que se pone a seguir a esta Rosalie Blum, a quien está persuadido de haber visto ya antes pero no sabe dónde, esto va a devolver el movimiento a su vida. Yendo hacia otros, estos personajes van a salir de la soledad para ir hacia un futuro posible, que queda abierto. Me gusta mucho la idea de que en la vida, cada uno de nosotros pudo sentirse en un callejón sin salida, un poco al costado de su vida, soportando mal que bien el día a día, con días con y días sin, y entonces algo sucede, un disparador, un encuentro. Y entonces, una esperanza, las ganas renacen. Me gusta mucho este mensaje más bien positivo.
¿Acaso hay una crítica de la familia en la película? No es un discurso contra la familia. Me entiendo muy bien con mi familia (risas). No es un alegato sino, efectivamente, es un lugar de conflicto. Es un lugar complejo y muy rico, con relaciones humanas que, a veces, son como hilos que nos retienen y que nos impiden ir adelante. Aquellos personajes a menudo están bloqueados por miedos de familia. El más tocante es el personaje de Vincent. Su madre, que está un poco loca y muy sofocante, le impide avanzar. La historia de Vincent en la película es cómo desprenderse de su madre. Me gusta mucho la idea de que, para el personaje que interpreta Alice Saaz, Aude, su verdadera familia sean sus amigos y esta tía a la que conoce poco. Pero, a veces, en la vida, nos encontramos que tenemos más afinidades, en una familia, con alguien un poco lejano, que conocemos menos pero con el que tenemos más afinidad que con los propios padres o hermanos y hermanas. Allí, Rosalie y Aude se conocen poco al principio de la película pero van a reconocerse rápidamente, a olfatearse, y a comprender que son del mismo molde.
Usted ya trabajó con su padre y su hermano Martin. ¿Cómo fue? Sí, trabajamos juntos. Martin hizo la música de "Rosalie Blum" y de "Belles familles". Trabajé en el guión de " Belles familles", dirigida por mi padre. Ya había trabajado con mi padre en el guión de "Bon voyage". Jamás, le ruego que me crea, habíamos hablado de trabajar los tres juntos sobre un mismo filme. Nuestro padre siempre nos dijo cuando éramos jóvenes: "No hagan cine". Porque decía que "el cine era muy doloroso, hay muchos golpes duros que soportar". Pienso que, aunque él tenga una carrera muy bella, a veces ha sido complicado, él ha invertido mucho tiempo en hacer películas … Por mi parte, estudié periodismo pero siempre me hablaron de cine en casa. He estado sumergido dentro del cine (risas). Y, por azar, que sin duda no existe, como somos muy afines, cuando se ha puesto a trabajar en el guión de "Bon voyage", me hablaba de eso. Y yo reaccionaba, daba mi opinión. Esto le gustaba mucho, él me volvía a llamar y, de golpe, nos pusimos a hacerlo juntos. Al principio, en paralelo con mi oficio y después, finalmente, de lleno. Después, el cine me atrapó. Se agazapó en el fondo de mí. Tenía ganas de eso pero estaba un poco bajo una campana de cristal. Yo me había prohibido hacerlo. Finalmente, mi padre estaba contento incluso cuando nos habíamos puesto de acuerdo en no hacerlo (risas).
¿Ud. programó convertirse en realizador después de haber sido solamente guionista? En el fondo de mí, es un deseo que tengo desde hace tiempo. Pero es un camino largo. No me había propuesto hacer el mismo oficio que mi padre aún cuando él tuvo éxito. Me hice preguntas y en un momento dado, dejé de plantearme demasiadas cuestiones porque en cierto momento, hay que actuar. Me dije que prefería tomar el riesgo de plantarme antes que vivir con el arrepentimiento de no haber hecho cosas que me interesaban muchísimo. Tenía ganas de trabajar con los actores y luego, hacer una película implica un trabajo de artesano. Llevar un proyecto de cabo a rabo es largo, complicado, pero hay algo satisfactorio en ver un edificio que se construye poco a poco. Hay una sensación fuerte. Es regocijante. Ahora, tengo proyectos como realizador pero voy a continuar trabajando como guionista también.
¿Qué le diría al público para que vaya a ver "Rosalie Blum"? Mostré a menudo la película en proyecciones, incluido ayer por la noche, en Madrid. Muy a menudo, los espectadores me dicen que esta película hace bien. Es una película que guarda sorpresas, con personajes atractivos, divertidos y emocionantes. Esta película tiene su pequeña música propia y me gustaría que el público venga a escucharla.
Entrevista realizada por Carmen Pineda |
![]() |